lunes, 11 de diciembre de 2006

48.Día 20: LA TECNOLOGÍA NECESARIA

Como fotógrafo he de reconocer que tengo menos talento natural Jesulín de Ubrique como cantautor, y estaba haciendo un sobreesfuerzo por lograr algo digno. Con el video me defendía mejor, pero los días de grabación siempre tenia mucho estrés, pues no sabia si lo iba a hacer todo lo bien que yo quería. Aquel día filmábamos en otra población cercana, Karare, en la escuela en la que se reunían por ser Domingo los chavales del pueblo a hacer danzas y juegos. Como había una panda de mzungus (blancos) hicieron una especie de función especial. Me he prometido a mi mismo no opinar en un par de artículos sobre los italianos dichosos, así que os dejo vía libre para que os imaginéis su reacción en una situación así. De cualquier modo yo aproveché para grabar canciones que podían servirme para el montaje del video, y quise hacer un par de fotos a la hermana Ornella trabajando. Fue entonces cuando mi cámara de fotos murió definitivamente. Mi desfasada herramienta de trabajo dijo su último "clik!" justo cuando había empezado mi reportaje. Por otro lado con mi cámara de video (desfasada igualmente) estaba teniendo muchísimos problemas y me impedía grabar en ciertas condiciones y no captaba bien la luz cuando había niebla o atardecía (por la noche, con iluminación artificial imposible del todo). No podéis imaginar la tremenda vergüenza y el apuro que sentí al no poder realizar el trabajo en condiciones. Me daban ganas de coger el avión de vuelta a España y no regresar hasta que no tuviera los medios adecuados. A los italianos no les iba a pedir sus cámaras digitales, pues tenían la necesidad imperiosa de hacer 400 fotos diarias (¡promesa incumplida!), fue la hermana Betta la que gentilmente me dejo la suya. Cuando vi esa maravillosa máquina, no pude sentir aun más vergüenza. Bueno si, la que sentí cuando sacó la cámara de video que ella utilizaba. Nada del otro mundo, pero tecnología digital con la que poder hacer un trabajo mínimamente serio. He de decir que utilizar esa cámara de fotos digital fue como un sueño hecho realidad (¡¡podía repetir hasta lograr la foto que quería obtener!!). Mucha gente se pensaba que aquí en Kenya me quedaría más de dos meses, lo que no saben es las enormes ganas de regresar que tengo para poder ahorrar y venir si acaso, en condiciones que aseguren la posibilidad de hacer un buen trabajo. Tengo un proyecto claro en mi mente, ahora me falta encontrar un trabajo lo antes posible y llevarlo a cabo.

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