miércoles, 13 de diciembre de 2006

52.Día 21: RESIGNACIÓN

Ya la noche anterior los italianos me invitaron a participar en el maravilloso plan que tenían para aquella mañana. Iban a comprar ropa y cosillas para hacer un bingo en el colegio mas pobre de la ciudad, y dar premios a los vencedores. La idea en sí me parecía horrorosa, pero yo no se si por educación, por inconsciencia o por no causar molestia a las hermanas volví a meterme en el pack "turismo solidario de pacotilla" y nos fuimos a hacer las compras. Allí pude ver como el único hombre del grupo no tenia reparo en llevar la cartera rebosante de billetes (unos fajos enormes), y su única función era custodiarlo, porque lo que es hablar, no hablaba, y siempre hacia lo que decían las mujeres, que en ese momento seleccionaban ropitas y regalitos para los negritos. Esa mañana el italiano abrió la boca para decirme que lamentaba no poder hacer una foto al mercado (era peligroso sacar la cámara allí) cuyo único interés, y creedme de veras, era la pobreza del mismo y la suciedad de los barrizales tras los días de lluvia. Hubiera preferido que hubiera mantenido la boca cerrada. Después nos desplazamos hacia el colegio, que tenía solo dos aulas, en la puerta de la primera se amontonaban chanclas y zapatillas de niños pequeños llenas de barro. Cuando abrimos la puerta, vimos una imagen preciosa: una clase de unos cincuenta niños pequeños que seguían la lección de una embarazadísima maestra. La clase estaba ordenada, pero el suelo estaba lleno de tierra. Los niños, que serian de unos 7 años, compartían cuatro mesas alargadas con su escaso material escolar. La maestra, como era Borana utilizaba las telas que a mi tanto me gustaban. Estaba embarazada de unos ocho meses y tenia el gesto de cansancio, pero reía con los niños y los tenia bien ordenados y educados. En ese momento cantaban. Cuando entramos se creó un silencio extraño, los niños se sorprendieron de que llegaran tantos "mzungus" de golpe, y la maestra miró también con cara de extrañeza. Yo quise quedarme cercano a la puerta para ser discreto, los italianos se situaron justo en el centro de la clase, cámara colgada al cuello, ávidos de fotos, pues a ellos no se les escapaba la belleza de todo aquello y ya estaban deseosos de empezar a poseerlo; negritos pequeños y graciosos cantando, todo un festín. Poco después mi atención se dirigía al otro extremo de la clase, allí estaba la hermana Betta de espaldas hablando con la maestra, a la que podía verle el rostro. La expresión de su cara mostraba contención y cansancio, cejas fruncidas, mirada penetrante y tensión en los músculos. Si en este caso hubiera sido yo el que sacara la cámara, si hubiera podido recoger esa situación, es decir, los italianos en primer termino con su sonrisa complacida y sus cámaras, mientras los niños sentados miraban extrañados, y al fondo esa mujer embrazada con esa expresión en la cara mientras hablaba con la monja, os aseguro que podía haber ganado un premio Pulitzer. Hubiera titulado a la fotografía "Resignación".
Antes de que yo hubiera terminado con mis pensamientos, la maestra ya había organizado a los niños para cantar unas canciones a los "mzungus" y para salir a recoger los chinos que necesitaban para jugar al dichoso "Bingo". Quise entonces hablar con ella, que estaba ayudando a los niños mas pequeños a recoger las piedrecitas y le pregunte que si alguien le había informado antes de nuestra visita. Ella me dijo que no. Yo le di mis más sentidas disculpas por parte del grupo, ella con humildad me miró y con un leve amago de sonrisa me dijo que no pasaba nada, y que el bingo al tratar de los números también podía ser útil para la clase.
Fue ese día, allí en Marsabit, y no antes, donde aprendí el valor de la resignación, cuando antepones los intereses de otros a lo más preciado que tienes: tus ideas y tu dignidad. Y aquella maestra realizaba la labor mas digna del mundo aunque esos imbéciles fueran incapaces de verlo, y pudieran interrumpir sin el menor asomo de discreción aquella lección que recibían los niños ese día. Allí lo vi claro, nuestra sociedad es capaz de criticar la posición de la mujer en África, de atizar contra la iglesia por el trato a la mujer, incluso lo argumentamos, pero somos incapaces de ver que nosotros nos creemos ciudadanos de primera clase del mundo, y podemos condenar y menospreciar a los africanos, y a otros muchos, como seres de segunda clase, sin los mismos derechos, sin la misma dignidad, y sin las mismas oportunidades. Y no hablo solo de los países lejanos, también hablo de los inmigrantes. Así contado, con toda la furia que me viene al recordarlo puede parecer algo ajeno a quien lo lea, pero yo ese día puede reconocer en esos italianos a gente con la que trato durante el día, a mis propios amigos (!!), y de algún modo, a mi mismo. Fue un descubrimiento muy doloroso. Ese día no pude grabar nada (no quise), estaba demasiado confundido. Me hubieran dado ganas de sacar a esos italianos a patadas de la clase, pero en vez de ello me resigné (en solidaridad con aquella mujer), confiando en el criterio de la hermana Betta en todo aquellos que pasaba. Ahora bien, no oculte mi profunda repulsa a ese Bingo, aunque estaba demasiado absorto con mis pensamientos como para hacer caso a otra cosa. Llegó la hora de los regalitos y los caramelos. Los niños que se quedaron sin ropita se fueron con un jabón y un boli. Había también muchas madres a las que se avisó del evento, que disfrutaron del día (al menos ellas pudieron comprender el mecanismo del bingo, los niños apenas llegaron a enterarse de lo que pasaba allí). Los italianos también parecían satisfechos (por su buena labor), pero supongo que por mi cara de perros muertos no compartieron conmigo esa alegría. Aprecié profundamente que todo aquello se terminara, y con respecto a los italianos, cuyo egoísmo e inconsciencia iban cada vez mas lejos, no volvería a unirme a ninguna de sus excursiones y agradecí que al poco dejaran de invitarme a las mismas. Por mi parte, no volvería a grabar ni hacer fotos en según que sitios, sin antes preguntar a los responsables, y comentar la labor documental que hacia. La maestra, nos acompañó en el coche (siempre un Land Rover donde nos apiñábamos), hasta la plaza del pueblo. Me interese por aquella mujer, que tanto me había impactado, y la hermana Betta me comentó que de hecho era muy buena maestra, que con todos los problemas que había con los empleados (falta de seriedad, pereza, impuntualidad, falta de asistencia, mala labor...), ella era una de las escasas personas en las que confiaban. Nunca faltaba a sus clases, estaba muy comprometida con los niños, y era muy trabajadora.
No puedo olvidar la imagen de aquella mujer perdiéndose entre la muchedumbre en la plaza de Marsabit bajo la tenue lluvia de ese día. Ella, y otras pocas personas de su valía, tenían sobre sus espaldas la enorme responsabilidad de levantar el país. Eran los portadores de la esperanza y el futuro de todo un pueblo.

51.CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA

De camino a casa, vi con agrado como a ambos lados de la carretera se acumulaban montañas de grava, inequívocamente preparadas para la construcción de una nueva y aceptable carretera. La alegría duró poco, pues la hermana Ornella me dijo que no se sabía cuantos años llevaban allí, tras las promesas y tras los proyectos. El dinero para las carreteras se quedaba por lo general a medio camino en el bolsillo del político de turno, incluso cuando procedía de capital extranjero. Es algo absolutamente exagerado lo que ocurre en Kenya, y los abusos de poder son el pan de cada día. La policía esta corrupta y favorece a quien pague la comisión que ellos consideran apropiada. En la justicia, nadie confía, pero quizás el órgano más corrupto de todos es sin duda la "comisión contra la corrupción"; según Ignatius si llamabas denunciando algún caso, había peligro de que tuvieras represalias y se te persiguiera. La diferencia entre ricos y pobres es cada vez mas abismal y las reformas vienen muy lentamente o no llegan. Las carreteras, los circuitos eléctricos y gran parte de las infraestructuras son de la época colonial, y pese a que los ingleses las hicieron bien, os podéis imaginar en las condiciones en las que esta todo después de tanto tiempo. Hay quien dice que Kenya estaría mejor si se hubieran quedado los ingleses, a lo cual otros responden con gran indignación con un no rotundo. El caso es que todo lo público esta tan descuidado que da pena. Tras cuarenta años de partido único y de grandísimos injusticias, sobre todo en el periodo de Moi que llevo el país a la ruina (aunque otros dicen que Kenyatta fue peor), se votó tres años atrás por el cambio, y el nuevo presidente (Kibaki), ha supuesto una enorme decepción, pues esta robando mas dinero de las arcas publicas de lo que ya se hacia antes, y esta creando unas tensiones internas dentro del país que rayan lo intolerable. Si a esto le sumamos que ahora los partidos se asocian a tribus y las benefician, nos encontramos con un problema bien gordo. Lo que todo el mundo le reconoce a Kibaki es el gran logro de la "libertad de prensa", algo que existía ya antes, solo que si decías lo que pensabas lo mismo aparecías muerto en la calle al día siguiente. De cualquier modo, cambiar la situación tras cuarenta años de partido único, con la corrupción como santo y seña, es algo utópico. No sabría decir si de todos, la corrupción es el problema mas grave de Kenya, pero desde luego es lo más urgente a resolver, pues es la llave para la solución de los demás conflictos. Kenya es rica en recursos, el problema es la mala gestión, y la despreocupación total por las condiciones de vida de los pobres. El dinero está por delante de la justicia, la seguridad, el bienestar o de las personas. Es el fin último y todo lo corrompe, TODO. No se puede confiar en nadie, ni en nada. Aquí no se conoce otra cosa.

lunes, 11 de diciembre de 2006

50.CIUDADANOS DE SEGUNDA CATEGORÍA (segunda parte)

Como era domingo, fuimos a la misa del padre Juversinho en Karare. Allí era la misma fiesta de bailes y canciones que en Korogocho. La hermana Ornella tenia un pequeño espacio en el cual hablaba de un proyecto de niños que se ayudaban entre sí. No comprendí nada (hablaba en swahili), pero teníais que haber visto como se ganaba la atención de la gente, y las risas que levantaba. Esa mujer tenia un don, poseía una inteligencia especial y era extremadamente perfeccionista incluso para expresarse. Daba gusto escucharla porque hablaba con el corazón y la cabeza a partes iguales, y por eso, yo me arrimaba a ella en cuanto podía para hablar de cualquier cosa. Mientras comíamos hablábamos sobre la mujer en África. Ella me contaba como las monjas podían colarse en lugares donde los hombres no serian bien vistos, y trabajar desde dentro. Sin embargo decía que a veces costaba dar testimonio de una idea de igualdad, cuando ellas dentro de la iglesia vivían, de hecho, sin los mismos derechos que tenia el hombre. Me alegró que hablara de esto, pues yo, por discreción no me atrevía a preguntar y desconocía si era un tema tabú. Me contó que el discurso dominante era que Dios creo a hombre y mujer a su imagen y semejanza, y que ambos debían poseer los mismos derechos, pero de facto, en la iglesia las mujeres eran personas de segunda clase y el que no tengan cabida en los órganos de decisión parece un disparate, pues al menos en cuestiones africanas, trabajan tanto o más que los hombres. Pese a la crítica tranquila y reflexiva que hacia Ornella, reconocía que el ámbito misionero era el más igualitario de todos. Yo desconozco los motivos teológicos para esta diferenciación, en Kariobangi la hermana Encarnita hablaba de estos temas con todo el desenfado y despreocupación, y no creía en los motivos teológicos, sino en motivos de ideología e historia machista. Con respecto al sacerdocio decía que el argumento de que los apóstoles eran todos hombres no le valía, y que de hecho, fueron las mujeres las que acompañaron a Cristo hasta la muerte mientras que de todos los discípulos solo se quedó uno "espichao" (creo que esta fue la palabra que utilizó pero no estoy seguro). En fin, supongo que expresar mi opinión acera de estos asuntos es meterse en un terreno ajeno del que no puedo hablar con propiedad, pero no pude evitar el pensar como seria una misa impartida por la hermana Ornella. No es que sepa mucho sobre misas, porque no es mi costumbre asistir (aunque aquí en África estoy dedicando mas tiempo a ello, que en mis últimos quince años de vida), sin embargo, en honor a la verdad, la misa que visualizaba en mi cabeza con la hermana Ornella y su vestimenta litúrgica, era una auténtica preciosidad.

49.CIUDADANOS DE SEGUNDA CATEGORÍA

La mujer en las zonas rurales no gozaba de mejores condiciones que en la ciudad, de hecho la expresión más utilizada para definir su situación, era la de ciudadanos de segunda clase. Cuando los hombres se saludan la tradición es preguntar como están sus animales, luego como están sus hijos, y dentro de ese apartado, si acaso se puede hablar de la mujer. El sistema actual es el de "la dote", se hace un pago a la familia y la mujer pasa a ser de tu propiedad, de no hacerse el pago la mujer puede regresar a su casa si la cosa se pone chunga, sobre todo por los habituales maltratos. Uno de mis amiguetes en Nairobi me contaba como su mujer le había costado 15 cabras. Los cambios culturales y esta transición que viven las tribus, a veces empeoran la situación. Si antes los matrimonios eran convenidos, ahora con la llegada de la libre elección, hay mujeres que son repudiadas socialmente al quedarse embarazadas fuera del matrimonio o si no han sido circuncidadas (para evitar enfermedades [incluso la muerte], problemas futuros y otros muchos inconvenientes). A mi esto de la ablación femenina me creaba muchos quebraderos de cabeza. Y como ya no daba más de sí, le pregunté a la hermana Ornella: ¿Como es posible hacer un cambio, que consideras que es lo racional y correcto, sin entrometerte en una cultura distinta, ni imponer una idea externa? ¿Es bueno pretender ese cambio? ¿Existe alguna vía posible o que sea respetuosa? Sin pensarlo mucho me respondió que ellas lo que hacían era hablar del mensaje de Cristo, que si tenia una buena acogida creaba posteriormente un conflicto en el seno de la tribu por las contradicciones de la tradición y la nueva propuesta. Se generaba entonces un debate en el que al menos se cuestionaba el orden social imperante. ¿Alguien conoce una formula mejor?

48.Día 20: LA TECNOLOGÍA NECESARIA

Como fotógrafo he de reconocer que tengo menos talento natural Jesulín de Ubrique como cantautor, y estaba haciendo un sobreesfuerzo por lograr algo digno. Con el video me defendía mejor, pero los días de grabación siempre tenia mucho estrés, pues no sabia si lo iba a hacer todo lo bien que yo quería. Aquel día filmábamos en otra población cercana, Karare, en la escuela en la que se reunían por ser Domingo los chavales del pueblo a hacer danzas y juegos. Como había una panda de mzungus (blancos) hicieron una especie de función especial. Me he prometido a mi mismo no opinar en un par de artículos sobre los italianos dichosos, así que os dejo vía libre para que os imaginéis su reacción en una situación así. De cualquier modo yo aproveché para grabar canciones que podían servirme para el montaje del video, y quise hacer un par de fotos a la hermana Ornella trabajando. Fue entonces cuando mi cámara de fotos murió definitivamente. Mi desfasada herramienta de trabajo dijo su último "clik!" justo cuando había empezado mi reportaje. Por otro lado con mi cámara de video (desfasada igualmente) estaba teniendo muchísimos problemas y me impedía grabar en ciertas condiciones y no captaba bien la luz cuando había niebla o atardecía (por la noche, con iluminación artificial imposible del todo). No podéis imaginar la tremenda vergüenza y el apuro que sentí al no poder realizar el trabajo en condiciones. Me daban ganas de coger el avión de vuelta a España y no regresar hasta que no tuviera los medios adecuados. A los italianos no les iba a pedir sus cámaras digitales, pues tenían la necesidad imperiosa de hacer 400 fotos diarias (¡promesa incumplida!), fue la hermana Betta la que gentilmente me dejo la suya. Cuando vi esa maravillosa máquina, no pude sentir aun más vergüenza. Bueno si, la que sentí cuando sacó la cámara de video que ella utilizaba. Nada del otro mundo, pero tecnología digital con la que poder hacer un trabajo mínimamente serio. He de decir que utilizar esa cámara de fotos digital fue como un sueño hecho realidad (¡¡podía repetir hasta lograr la foto que quería obtener!!). Mucha gente se pensaba que aquí en Kenya me quedaría más de dos meses, lo que no saben es las enormes ganas de regresar que tengo para poder ahorrar y venir si acaso, en condiciones que aseguren la posibilidad de hacer un buen trabajo. Tengo un proyecto claro en mi mente, ahora me falta encontrar un trabajo lo antes posible y llevarlo a cabo.

47.TURISMO SOLIDARIO: SE COBRAN ENTRADAS PARA VER A LOS NEGRITOS

Pese a la repetitiva propaganda del catequista rendile de las bondades de su tribu y lo malvados que eran los borana, no se percibía ningún asomo de toda la problemática de las tribus en ese apacible y tranquilo poblado de pastores. Se escuchaban los pájaros, y había todo tipo de animalillos, como los escarabajos peloteros que eran algo increíble, yendo de un lado a otro con las bolas de caca de vaca (habría que hacer un monumento en Kenya a la caca de vaca que sostiene las casas de las aldeas –en una mezcla de palos y barro- y a tantas sociedades de insectos africanos). Debajo de un árbol enorme, la hermana Alberta hablaba con las mujeres, mientras Betta estaba con los niños. Lo único que molestaba en ese lugar era la queja y la intervención bochornosa del grupo de italianos que de la noche a la mañana se habían convertido para mí en un soberano coñazo (mas claro el agua). Y es que a veces los europeos damos aquí un espectáculo bochornoso. Como todo era tan primitivo ("guarda que casettina!", "que esquifo!") y todo les daba tanto asco se olvidaban que las gentes de allí eran seres humanos para tratarles como animales de zoológico. Con sus cámaras de fotos captaban todo lo que les daba la gana, no importaba si era el interior de las cabañas, a la gente trabajando, y sobre todo a su víctima favorita: los niños. Como habían comprado grandes bolsones de caramelos los repartían, y les pedían que sonrieran mientras les metían la cámara casi en la boca para sacar sus ansiados primeros planos. Y decían: "Ay pobrecitos, mira como van vestidos…", lo peor es que se sentían superbondadosos y supermegacomprometidos por haber ido a África a ver a los negritos y darles sus caramelos de sabores, porque eso si, eran cristianísimos de la muerte. No me dejaron hacer el video tranquilo pues estaban deseosos de estar en el centro de los actos e integrarse en los bailecitos y las cancioncitas. A mi me daban ganas de meterles el bolsote de caramelos por la boca y de golpe a ver si se atragantaban, y eso debió pensar una aldeana a la que se pusieron a hacer fotos mientras iba cargada de maderas a su espalda, porque cogió una piedra para lanzársela. Por desgracia, intervinieron las hermanas y se zanjó el asunto con unas disculpas. Advirtieron a los italianos que no hicieran fotos que a ellos no les gustaría que le hicieran en Italia (imagina a un negrito entrar en tu casa y empezar a fotografiarla), a lo cual hicieron mas bien poco caso. Lo peor de esta gente que estrenaban "modelito safari" para sus excursiones, es que eran absolutamente ajenos a su ausencia de respeto por las gentes de la zona. Dentro de la tarea del misionero está el acoger a los donantes que visitan los proyectos, lo cual veía claramente que podía ser una molestia tremenda. Lo peor para mí, es que estaba dentro del Pack de visitantes a los que hay que llevar de paseo y llevaba mal esto de sentirme una molestia, algo que sentí en Korogocho y en toda mi estancia en Marsabit. Puede que incluso peor que eso fuera que de algún modo pudiera reconocer actitudes propias en sus comportamientos, o comportamientos exagerados de cosas que yo podía haber dicho o hecho con anterioridad. Esos días en Marsabit iban a ser toda una lección magistral sobre lo que no debía hacer y de las perversidades de nuestra cultura occidental.

46.CONFLICTOS TRIBALES

Las masacres en Rwanda, alrededor de 1994, enfrentaron a las dos tribus del país, Hutus y Tutsis, dando lugar a una de las tragedias de mayor magnitud del mundo moderno. En Kenya hay 24 tribus con enrevesados conflictos entre ellas. A escala nacional se advierte una tensión latente. Como país no existe cohesión interna ninguna, pues se prioriza claramente el sentido de pertenencia a la tribu, lo cual se puede convertir en una bomba en cualquier momento, máxime si los políticos siguen haciendo el juego irresponsable de favorecer a la tribu a la que pertenecen como ocurre ahora. Muchas veces cuando escribo mis impresiones soy consciente de que muchas de ellas pueden ser erróneas, estar incompletas, o que solo abordan la superficie. En este caso, procuro ser cauto en lo que digo porque la realidad es tan compleja como difícil de analizar. A grandes rasgos el primer presidente desde la independencia (Kenyatta) favoreció a su tribu, los kikuyu, logrando un alto nivel de cohesión y educación. El segundo presidente (Moi), era Kalenyi y son conocidas las deportaciones e intento de debilitar a los kikuyu por ser una fuerte oposición. El actual presidente (Kibaki) ha creado tensión beneficiando a su tribu (kikuyu), y colocando una mayoría de de gente de la tribu en cargos de poder. Los Kikuyu son la tribu más numerosa, protagonistas de la historia de Kenya independiente, y han sido agentes de la corrupción. Los Luos son los intelectuales, la segunda tribu en número, cohesión y educación, habiendo una tensión manifiesta con los kikuyu. Los Masai son símbolos de la cultura y tradición, por sus bailes, vestimentas y rituales, siendo el guerrero masai todo un icono del país. Kambas y Luhyas son numerosos y participativos en política, pero más moderados y pacíficos, los Borana son orgullosos y distantes, Samburus y Rendiles alegres y acogedores, los Turkana son considerados sucios y primitivos. Y así, cada tribu tiene sus señas de identidad, "alianzas" y "enemistades".
A escala regional la cosa empeora. En los poblados la mayor riqueza del hombre son los animales de granja (vacas, cabras…), y todo comienza con el robo de animales, o ajustes de cuentas entre miembros de tribus fronterizas. Las revanchas agudizan las hostilidades y al no existir policía, ni justicia (de facto) la cosa suele acabar en tragedia. El año pasado Jesús Lobato y el padre Juversinho fueron trasladados de la misión que tenían en un poblado al norte de Marsabit tras las matanzas. Otro misionero que llevaba una furgoneta llena de personas de la parroquia fue detenido en la carretera por unos bandidos que sacaron a todos y los mataron, dejando solo al misionero con vida. Y aquí no se discrimina, se matan a mujeres y niños. Y si no hay armas, se utilizan palos y piedras. La labor del equipo pastoral donde participan los religiosos ha sido muy dura e intensa, y se pensaba que se habían conseguido resultados. Lo del año pasado ha supuesto un mazazo tremendo para la moral de los que trabajan por la paz en la zona. Según la hermana Betta, la situación se agrava por la entrada de dos nuevas variantes. En primer lugar la llegada de la política y el "poder" de dirigir las regiones ha creado una nueva competición entre tribus que procuran que sus miembros alcancen cargos importantes para poder sacar beneficio de ello y perjudicar al enemigo. En segundo lugar, el nuevo mercado de las armas de fuego ha facilitado la tarea de matar (los famosos, baratos, y efectivos Kaleshnikovs): te escondes detrás de la maleza y sólo necesitas apretar el gatillo. Alguna vez nos encontramos por las carreteras pastores que llevaban colgados al hombro los enormes fusiles. Uno de ellos, de unos 17 años nos miraba fijamente mientras mascaba un tipo de hierba. Tenía una cara de paleto impresionante. Dirigía a un grupo de cabras con un palo, mientras el fusil, colgado al cuello, se balanceaba pesadamente bajo su brazo derecho. Solo verlo daba tanto miedo que parecía recién salido de una pesadilla.

45.Día 19: TURKANAS, SAMBURUS, RENDILES, GABRAS Y BORANAS

Cuando hacia la pregunta sobre cual es el mayor problema de Kenya, me sorprendió que la respuesta fuera unánime: el Tribalismo. Me costaría entender toda esta cuestión de hostilidades entre tribus y su significado a escala estatal. Esa mañana íbamos a Songa, un poblado Rendile, y pude hacer las primeras fotos y la primera filmación para mi reportaje. Betta tenía una clase con los niños. La hermana Alberta iría a charlar con un grupo de mujeres. Nuestro guía se llamaba Andrew, y era el catequista (algo así como el responsable en temas cristianos) de la zona. Su tema de conversación casi exclusivo era la hostilidad con los Borana, y las cuestiones tribales.
En Kenya existen 24 tribus, agrupadas por zonas. A grandes rasgos cada tribu tiene sus propias tradiciones y su lengua propia, siendo el swahili la lengua de comercio que procede de la costa, y que se ha constituido como lengua oficial. Sin embargo la urbanización de Kenya y la influencia exterior han creado muchos cambios que están cambiando a gran velocidad la conformación del país. Por lo que he visto, el norte al estar tan mal comunicado conserva mejor la tradición que la zona sur, que se ha desarrollado según los criterios de modernidad que imperan en el mundo. Pero aun así, la transición que viven estas sociedades se manifiesta de muchas formas: las cabañas utilizan nuevos materiales (latas, plásticos y cartones), las mujeres se cubren los pechos, las vestimentas se occidentalizan (sobre todo los hombres), la llegada del calzado…Internamente las mentalidades también cambian: llegan religiones que portan nuevas y beneficiosas ideas, la medicina natural se ve menos efectiva que la de los hospitales, se abandona una vida nómada para crear infraestructuras estables, y la educación primaria ha revolucionado del todo la convivencia entre chicos y chicas, suponiendo además un cambio drástico en la preparación y el razonamiento lógico de los jóvenes. La vida rural va decayendo para dar lugar a nuevos fenómenos como la migración a las ciudades (slums, nuevos estilos de vida, etc).
De cualquier modo, la tradición sigue bien arraigada e incluso en las urbes las distinciones entre tribus son claras y los ritos se siguen cumpliendo. Lo más común es la circuncisión, y ceremonias de matrimonio, danzas y cantos para la lluvia, la caza... En el norte del país, la circuncisión femenina es común (la conocida ablación). Nuestro guía Andrew, conocía el impacto de esta práctica en nuestras mentalidades occidentales, sin embargo el había circuncidado a todas sus hijas, porque si no, no había manera de casarlas. La cultura y la tradición tienen raíces profundas, y es algo que no cambia con facilidad.

44.LA HISTORIA DE LA SIMPATICA AMISTAD ENTRE SAMBURUS Y CHECOSLOVACOS

Durante el día vimos algún proyecto de cooperativa de mujeres en las que fabricaban todo tipo de colgantes, pulsera y todo tipo de artesanía con bolitas de colores y abalorios de los que utilizamos en España para hacer manualidades. También me percaté de que los trajes y vestidos tradicionales de las tribus Samburus y Rendiles llevaban estas bolitas. Me extrañó mucho, pues eso era un producto industrial, a lo que los poblados indígenas eran ajenos. La hermana Betta me explicó que de hecho antiguamente la elaboración de los trajes y las prendas decorativas era una tarea durísima en las cuales se debían buscar los materiales, fabricar los colorantes, hacer unas mezclas y trabajar el aluminio laboriosamente hasta dar con las pequeñas bolitas de colores con un agujero por el cual pasar los hilos. En la era colonial, llegaron a Kenya visitantes de la antigua Checoslovaquia, y portaron con ellos las preciadas bolitas de colores. Tras el descubrimiento, se llegó a un acuerdo a través de un trueque beneficioso para ambas partes. Los Samburus se evitaban un trabajo muy duro, siendo las mujeres beneficiarias de unas vestimentas menos pesadas y con mayor variedad de colores, y los checoslovacos descubrían un mercado fiel y numeroso en otro continente. Solo de imaginarme los posibles detalles de ese encuentro me entra la risa.

43.Día 18: LAS LLUVIAS DE OTOÑO

Después del arduo viaje hasta el norte dormí como un lirón. Durante mi viaje a Kenya no me costaría nada dormir, pues al cabo del día estás física y sobre todo, psicológicamente agotado. Cuando desperté hice un pequeño giro por la ciudad con la hermana Alberta y una corta visita a los enfermos. Como el hospital de Marsabit era público, estaba de lo más sucio y descuidado (como casi todo lo que acaba en manos estatales). Pasamos por el tribunal (cuando se necesitaba se hacia venir un juez para casos concretos), la prisión, y el distrito central. Como era la estación de lluvias, estaba todo enfangado y el clima era muy húmedo. Estuvimos hablando casi todo el camino de la cuestión de la lluvia. A cualquiera que viera ese lugar tan verde y con tanta maleza, le costaría comprender que esa era una zona árida donde apenas llovía, y ese cambio drástico en el paisaje. De hecho, en la gran parte de las zonas ecuatoriales las lluvias vienen en dos épocas señaladas: cerca de octubre y de mayo. Son además grandes protagonistas y centro de la vida de las gentes de Marsabit, pues si no fuera por ellas no se podrían planificar ni el cultivo ni la ganadería. Los bosques pervivían por el agua del rocío y de las nubes que rozaban las copas de los árboles. Hay un fenómeno que se da cada 40 años aproximadamente, y es que no cae una gota de agua durante un año. Esto da lugar a las conocidas hambrunas: mueren las plantas, los animales, y el hombre sobrevive si acaso por la ayuda humanitaria. Hubo una hace dos o tres años; los misioneros recuerdan los animales muertos por las calles y las medidas de emergencia (no retrete, y severísimas restricciones en duchas y lavado de ropa), pero además hay toda una planificación y sistemas de almacenamiento de agua en bidones.
Por la noche conocí a un grupo de cuatro italianos que estaban unos días allá visitando el lugar y venían de una diócesis de Italia. Compartíamos historias y los italianos contaban las anécdotas de sus excursiones. Esa noche las misioneras nos contaban como hubo un tiempo que los elefantes iban por la noche, metían las trompas en los bidones y succionaban de un golpe toda el agua. A mi esto de encontrarte un elefante en el jardín como quien no quiere la cosa, me dejaba medio loco. Pero no seria la única historia que me impresionara. Ese día tuve la oportunidad de escuchar una de las historias más simpáticas y graciosas que he escuchado en mucho tiempo.

42.TERRITORIO MUSULMÁN

Una vez acomodado, la hermana Betta me invitó para que la acompañara a una reunión que tenia en una aldea cercana. No sabría describir bien a esta monja portuguesa de edad indefinible (25?, 30?, 40?, 45?), de risa constante y que iba de aquí para allá a toda velocidad. Le gustaban las nuevas tecnologías y hacia buen uso de ellas en los proyectos que llevaba. Como teníamos un largo camino, aproveché su alegría y buena disposición para hacerle todo tipo de preguntas acerca de la realidad de allí. Hablamos de todo un poco, pero quise preguntarle acerca del Islam, ya que en toda la zona norte es la religión predominante (en Nairobi también hay comunidades muy numerosas). Con anterioridad había hablado sobre los musulmanes con otra gente, y la verdad es que es un tema sensible. Los adjetivos mas sonados: ariscos, arrogantes, impositivos, fanáticos y otras lindezas. La llegada de los fundamentalismos está radicalizando posturas, y mientras los proyectos e infraestructuras cristianos acogen a todo el mundo sin atender a su creencia religiosa, los musulmanes tienden a atender exclusivamente a los musulmanes en sus ambulatorios y escuelas. Cuando le pregunte a Jesús Lobato sobre como era la vida de los cristianos al norte del país, el respondió que a veces recibían amenazas, o les tiraban piedras por la calle, y que les quemaban las casas. Yo comencé a reír, y él, girándose, me miró muy serio (expresión extraña en su cara), y me dijo que no era una broma.
Sin embargo, la hermana Betta me dijo que allí en Marsabit, tanto ellos como los cristianos eran respetados y no existía rivalidad entre religiones, que la rivalidad verdadera era entre tribus. Los misioneros han levantado allí las primeras escuelas y centros de salud y hay un profundo respeto y buen trato por parte de los musulmanes, lo cual no quita que en zonas concretas haya recelo y se hayan dado malas experiencias. Para la hermana Ornella todas las religiones tienen cosas buenas que enseñar, (conocía bien el Corán y hablaba con propiedad), pero ahora le preocupaba que los sermones en las mezquitas (había muchísimas en Marsabit y alrededores) atacaran al cristianismo, en vez de hablar de sus ideas propias.
Sea como fuere, el Islam conecta mejor con las tradiciones de las tribus del norte de Kenya, por compartir cuestiones como la poligamia, la figura de la mujer en la sociedad y el acceso a la posición de Imán, relativamente más fácil que con la religión cristiana. De hecho, suelen ser las mujeres las más interesadas en el mensaje de Cristo, y por ello esa tarde teníamos una reunión con un pequeño grupo de ellas. La aldea era una preciosidad, en lo alto de una colina, se avistaba el inmenso desierto de piedras y tierra seca que se extendía hasta el horizonte. Allí la gente era analfabeta. Sor Betta, me dijo que a eso lo llamaban primera evangelización, que era algo tan sencillo como llevar el mensaje de Jesucristo a sitios donde nunca antes había sido escuchado, siendo una labor dura, con pocas gratificaciones, y muchas dificultades. A mi eso de ir a evangelizar a la gente, no me agradaba demasiado en un principio, como idea me producía un cierto rechazo, pero sentía curiosidad. En una choza con un pequeño huerto, un par de cabras y algunas gallinas, nos esperaban tres mujeres, y algunos niños. Vestían con telas preciosas de colores pardos, azules y violetas que envolvían su cuerpo, tapando el pelo, y dejando descubierta la cara, pero no porque fuesen musulmanas, sino porque así visten tradicionalmente las mujeres de la tribu Borana. Vestían como nosotros conocemos la imagen de la Virgen Maria, algo típico en los pobladores de las zonas desérticas, donde necesitan protegerse del polvo. Comenzó la reunión donde hablaban y discutían en swuahili de pasajes de la Biblia. Sentado en el suelo, me quede un poco al margen como espectador privilegiado. No voy a contar todo aquello que paso por mi cabeza esa tarde, necesitaría otro Blog, pero en esa choza comprendí muchísimas cosas. Tengo una imagen grabada en la memoria: Delante del fondo marrón de la pared de la choza, con la luz tenue del atardecer, tres mujeres están sentadas en el suelo, con mirada atenta escuchan a una persona que ha llegado al poblado con una cruz como símbolo colgado al cuello. Era como si hubiera retrocedido cientos y cientos de años en el tiempo, y estuviera contemplando en primera persona el nacimiento de nuestra civilización.

41.Día 17: KENYA: EL LUGAR DONDE NAUFRAGÓ EL ARCA DE NOE

Como si fuera el día de los reyes magos me levante y me puse las zapatillas corriendo para salir fuera de la casa, y llevarme la decepción de ver otra vez esa enorme y espesa columna blanca. Sin embargo, el destino me tenía reservada una sorpresa, y ya puestos en marcha, la montaña solitaria empezó a desnudarse poco a poco para enseñarme su belleza en todo su esplendor. Suave y lentamente las nubes se desplazaban al Sur, hasta que pude ver con claridad la cumbre. Tenia varios picos que retorcidos parecían arañar el cielo. Paraíso de los escaladores, era un fenómeno especial, por dominar tanta extensión de terreno en solitario (enorme contraste entre las grandes planicies y la altitud de la montaña), y por tener nieve en la cumbre pese a estar en el ecuador de la Tierra. Pero no iba a ser la única alegría de ese mágico día. Al pasar la ultima ciudad con carretera asfaltada, entramos en una tierra donde aun imperaba la ley de la naturaleza, el Land Rover atravesaba como podía los lodazales, las piedras, y toda clase de baches que solo un camión o un Land Rover podría superar. No era difícil, pero para ser la carretera que conectaba con Etiopia, dejaba que desear. A ambos lados de la "carretera" empezábamos a ver una naturaleza cada vez más impresionante, hasta llegar al costado de la Reserva Nacional de Losai, que era un área tan grandiosa, que ningún fotógrafo podría soñar en captar con la cámara. Allí habitaban los animales más famosos y variopintos. Las campañas de Marketing hablan de Kenya, como el país de los cinco grandes: el león, el elefante, el rinoceronte, el leopardo y el búfalo. Que se haya discriminado de esta selección a la jirafa o la cebra, habla por si solo del machismo imperante hasta para valorar las cualidades de los animales. Ver a estos animales en su hábitat natural es un espectáculo inolvible, pero desde la carretera que estaba un poco distante de la Reserva, era difícil. Yo estaba hiperemocionado, como un niño chico, examinando la maleza a ver si veía algo. Casi nos llevamos un disgusto cuando no pude reprimirme y solté un fulminante pedazo de chillido, mientras señalaba con el dedo: ¡¡¡¡¡¡UN MONO!!!!!! Tras el frenazo pertinente, decidieron dejarme el asiento delantero, vista la emoción. No veríamos a los grandes animales de la sabana africana pero nos topamos con grandes águilas (que aquí son de los animales normaluchos), monos, babuinos, todo tipo de aves, tiki-tikis (gacelas enanas) y perritos de la pradera, además de enormes hormigueros (1 metro y medio), nidos y heces fecales en mitad del camino que tan solo un elefante era capaz de engendrar.
En el este de África existe una falla que cruza en vertical varios países y ha dado lugar a unas condiciones geológicas muy especiales, es la llamada región de los grandes lagos, y el famoso Rift Valley, estas grandes planicies con algunas colinas, son ricas zonas de pasto, con un clima constante durante el año; lo que ha permitido toda esta biodiversidad. Es todo un laboratorio de la naturaleza. Llegamos a una zona en la que la maleza no permitía ver a ambos lados del camino, Jesús Lobato dijo que a ver si teníamos suerte, pues esa era la zona estratégica para los atracadores, que salían armados y te quitaban todo. Por suerte no paso nada, pero se me quedaría grabado ese lugar en forma de pesadilla. También atravesamos varias aldeas y poblados indígenas, pudiendo ver en primera línea las casas de tejados de paja, las vestimentas tradicionales de esas gentes, las lanzas, los adornos y pinturas… Yo me veía como en un cuento. Por lo general eran pastores, y había muchos animales de granja, lo más pintoresco fue ver tantos dromedarios.
Hicimos una parada en una misión cercana para entregar unos paquetes y me dispuse a hacer unas cuantas fotos a las misioneras. Cerca de donde estábamos había una mujer preciosa, y es que en áreas rurales las mujeres están más limpias y lustrosas que en las periferias de Nairobi, ésta en concreto vestía tradicionalmente con telas y collares bellísimos, además era más alta que yo, y muy esbelta. Yo estaba totalmente enamorado, y les pedí a las misioneras que posaran con ella, fue entonces cuando ella abrió la boca para pedir dinero si quería la foto, y descubrí que no era ni más ni menos que el mismísimo "cuñao" africano, cada diente por su lado. Mi sueño romántico de la bella y dulce indígena se disolvió tan pronto como había aparecido. Por lo demás, se notaba el cambio que sufrían aquellas sociedades, las cabañas se realizaban con materiales como cartones y plásticos, los habitantes empezaban a comercializar sus artesanías, los vestidos tradicionales convivían con nuevas prendas de vestir, y se veían latas y cartones, reciclados para otros usos, que en el pasado portaron ayuda humanitaria (sobre todo de Estados Unidos).
Según me habían contado Marsabit era una ciudad en zona desértica, pero cuando llegue me encontré un vergel verde y húmedo, y un pueblito un poco pintoresco. Al llegar a la casa recibimos la calurosa acogida de los padres. Había tres hermanas, yo le portaba un saludo afectuoso desde España de una antigua compañera de ellas, y que yo conocía de hacia tiempo (Sor Esperanza), las note frías y un poco distantes. Con el tiempo descubriría que eran exactamente lo contrario. Y por si mi idea sobre lo que podía ser una monja se había roto hacia tiempo, ahí estaba Sor Betta para destrozarla por completo.

lunes, 4 de diciembre de 2006

40.UN INMENSO JARDÍN BOTÁNICO

Los misioneros combonianos, tienen un cada país, una casa-base, que se llama “Casa Provincial” con gran capacidad de alojamiento y en zona segura. Allí se celebran reuniones, mítines, retiros, y se alojan los misioneros cuando están de paso. Es también el referente para situaciones de urgencia. En la casa provincial de Nairobi se encontraban Jesús Lobato y el padre Juversinho, de México y Brasil, respectivamente, mis compañeros de viaje rumbo a Marsabit. Como había que reparar el coche, salimos tarde y así aprovechamos para ver el partido en diferido del Barcelona – Chelsea (que terminó en empate [2-2]) y que emitía la televisión kenyana. Jesús Lobato amaba la música y el cine, y sabia de nuevas tecnologías, Juversinho tenía pinta de sabio y aventurero capitán de barco. Juntos eran un espectáculo, eran viejos camaradas, bastante chistosos y descuidados pero sobre todo compañeros de muchas fatigas. Tras recoger algunos materiales, nada mejor partir hacia la aventura en un Land Rover del año de la polka. Conforme salíamos de Nairobi, la vegetación iba en aumento, y me tenía deslumbrado. El Jacaranda es un árbol que parece que tiene la hoja violeta, y es uno de los emblemas de Kenya, es alto y estilizado, pero lo que parecen hojas, en realidad son flores, que caen con facilidad, creando una especie de alfombra violeta allá donde esta el árbol. Durante el viaje vimos extensas plantaciones de piñas, bananeros, el originalísimo árbol del aguacate, y todo tipo de diseños vegetales que te daban la impresión de estar en una galería de arte. Había un árbol, con flores rojas en la copa, enormes y abiertas, cuyo nombre es algo relacionada con “llamas de fuego”. Aquí para recibir la luz la naturaleza ha encontrado las más variopintas soluciones. A mi me sorprendió que la planta del típico “Pascuero” navideño crezca aquí como árbol, y tenga las hojas rojas perennemente. El paisaje era una autentica maravilla, y atravesamos sobre todo plantaciones agrícolas, de arroz, bananas, y otros alimentos que no sabría decir. Aquella tierra tenia una magia especial, y no pude evitar el sentir una nostalgia terrible y pensar en España mientras miraba tras el cristal del coche, era como cuando te estas enamorando de algo y sin quererlo reconocer, procuras distanciarte. Empezó a caer una lluvia torrencial y vi interrumpidos mis pensamientos por la sonora carcajada de Jesús Lobato: pese a las reparaciones, a la vieja maquina que conducía no le funcionaban ya los parabrisas. Era como para matarnos literalmente por esas carreteras de Dios con tantos baches y tan estrechas, pero mis compañeros se lo tomaban con toda la guasa. Así hicimos el viaje hasta llegar a Nanyuki, donde nos quedábamos a dormir en otra casa de misioneros. Atravesamos unos cartelitos que decían que estábamos pasando por el Ecuador, no es por nada, pero estos detalles me parecen simpatiquísimos.

El paisaje había cambiado y nos adentrábamos en una zona de grandes planicies y menos urbanización. Desde allí se podía avistar el Monte Kenya, (la segunda montaña más alta de África), pero normalmente estaba envuelto entre nubes. De todos modos era un espectáculo ver esa enorme extensión de terreno con esa columna blanca de nubes en solitario. Confiamos en tener suerte al día siguiente para poder verlo. Cuando fuimos a reparar el coche, pude ver en el taller un enorme y flamante Níspero, mucho más grande que el árbol que tengo en el patio de mi casa en Granada. En este caso podía medir 4 metros y gracias al clima, estaba cargado de frutos.

39.AMISTADES ASIÁTICAS

En las noticias televisivas y en los periódicos, no era raro encontrar menciones a Asia, que cada vez tiene mas presencia en el Este de África. El presidente de Kenya, Kibaki, estaba realizando por entonces una visita a China, un país del que reciben inversiones muy importantes. No obstante, la influencia más importante procede de la India, que tiene mucho peso en la economía del país. Se podría decir que la mayor parte de las grandes empresas y de las grandes superficies comerciales son indias, y que los hindúes son la minoría más poderosa de Kenya. Tanto es así que en el país vecino, Uganda, fueron expulsados por un antiguo presidente por culparles de controlar la economía (posteriormente volverían a entrar en el país y reconstruir su “imperio comercial”). Yo encuentro que son como los judíos para Estados Unidos, con un carácter también muy marcado. Al lado de sus hermosos templos, existen auténticas comunidades donde practican su estilo de vida y no se mezclan, ni se integran con el resto del país. Todo esto da que pensar, parece una de las claves importantes del futuro de África.

38.Día 16: ATASCO EN LA CABEZA

Ya estaba todo arreglado para ir rumbo a Marsabit, y yo estaba más feliz que una perdiz, pero como había quedado con los misioneros a las 9 en la otra punta de Nairobi, salimos a las 6, pues el tráfico en la ciudad era terrible. De hecho llegaríamos por los pelos. Encarnita me acompañó porque tenía otros recados que hacer, y conducía Peter, el chofer de la parroquia. Y no penséis que esto del chofer son reminiscencias de la época colonial; es una cuestión de supervivencia, porque para conducir en Nairobi o hay que ser muy valiente, o muy inconsciente, o hay que haber nacido en la urbe y conocer las calles.

Era un hombre agradable y hablador, le interesaba todo lo que tuviera que ver con coches y motores. En tres horas de atasco te da tiempo a hablar de todo un poco y Peter sabía conversar; empezamos con Kenya, los asuntos personales, la familia y la política, hasta que se creó el debate sobre la situación de la mujer. El defendía un orden, donde la figura del hombre prevalecía por cuestiones prácticas, y pensaba que la europeización de Kenya había traído cosas malas como el nuevo concepto de mujer dispuesta a mandar. Poco más o menos yo debatía sus ideas, pero sentencié lo bueno y lo malo, hasta crear cierta tensión en el ambiente y cortar la conversación de algún modo. No tarde mucho en arrepentirme y darme cuenta de mi solemne estupidez y de mi enorme bocaza de europeo arrogante. Había desperdiciado una buena oportunidad de conocer la mentalidad de una persona de Kenya, que además me hablaba con humildad y apertura, por la tonta necesidad de dar a conocer mis puntos de vista y de hacerlos valer. Desde luego, hablar de humildad es tan fácil, como difícil es llevarla a cabo. Ya con la conversación menos animada gracias a mi intervención de niñato europeo, pude fijarme mejor en la ciudad y sus árboles. Podría hacer uso de la expresión mas utilizada de la historia y decir que “Nairobi es una ciudad de contrastes” y no dejaría de ser cierto. Aquí las casas de los ricos se expanden a lo ancho, con grandes parcelas de terreno de jardín, y árboles enormes de todo tipo. Muchas eran de la época colonial, bajas y con porches, de gran belleza. Sin embargo, lo más llamativo y bonito de Nairobi, eran otros edificios totalmente inesperados, y que si preguntara a cualquiera jamás adivinaría. No eran ni más ni menos que flamantes y estilizados templos hindúes.

37.IGNACIUS

El catálogo ya estaba terminado y había quedado muy profesional (existía un abismo en comparación al antiguo), yo estaba bien orgulloso, pero no conseguiría sacar la opinión de estos misioneros, que como grandes negociadores siempre se reservaban sus pensamientos, sin embargo un brillito en los ojos de la hermana Carmina me dio a entender que le había gustado mucho. Mi compañero de trabajo, Ignacius estaba también contento, y ya preparábamos una sesión fotográfica en la cual las estudiantes posaran con sus creaciones (chales, camisas, faldas…), daba gusto trabajar con él. Era una persona silenciosa y reservada, muy abierto a nuevas propuestas y con capacidad para escuchar. Tras varios días trabajando juntos, esa tarde hablamos de cosas aparte del catálogo. Él vivía en Korogocho, y como otra gente de allí, tenia medios para vivir en otro lugar, sin embargo el amaba su barrio y sus gentes. El disfrutaba del tumulto, de esa vida en comunidad donde se compartía y se ayudaban. Estuvo un tiempo viviendo fuera y le pareció muy aburrido, en Korogocho siempre encontraba gente conocida, y tenia muchos amigos, sin embargo sufría los problemas internos y haría cambios en todas las infraestructuras del barrio y las medidas de higiene, pero a la gente no la cambiaba. Daba gusto escucharle, rebosaba autenticidad. Yo de algún modo envidiaba esa conformidad, esa satisfacción con lo que uno tiene, esa tranquilidad y ese amor con el que hablaba de su hogar. Si todos fuéramos así, el mundo viviría en paz consigo mismo.

36.TRANSICIÓN

Por la mañana, tras las despedidas pertinentes, me encaminé hacia mi nuevo hogar. Dennis me acompañó pues le pillaba de camino, y me sorprendió con un regalo, una pulsera Masai, y una carta. Una vez mas, la carta no era mas que un conjunto de bonitas y exageradas palabras de amistad profunda, para contar con mi hospitalidad por si venia a España, o lo que pudiera surgir.

Ya en Kariobangi pude hablar de todas mis impresiones con tranquilidad con Encarnita, y compare los dos modos de trabajar de las dos comunidades. Ellos estaban en todo el meollo, y trabajaban muy humanamente, consultas, visitas, acompañamiento, estando muy volcados en el aspecto religioso y los sacramentos, siendo referentes para la gente. Ellas por el contrario trabajaban mas las cuestiones vitales de educación y sanidad, creaban infraestructuras, daban oportunidades reales, generando empleo y creando redes que permanecían una vez ellas no estuvieran, trabajando codo con codo con los kenyatas, y metiéndose en los problemas, buscando soluciones. Para mi ellas ponían toda la carne en el asador (y más), su trabajo requería mas esfuerzo y sacrificio (a todos los niveles) y estaba claro que yo comulgaba mas con esta forma de trabajar (igualmente tengo amigos que cogerían claramente la otra vía). Al finalizar mi exposición, Encarnita me dijo que había definido más o menos los dos típicos estilos combonianos.

Tras el rato de charla fui a mi nueva habitación. Podría contaros el regustillo de que estuviera limpio, el placer de tener una mesa, que hubiera un retrete donde sentarme, pero a decir verdad en aquel momento yo solo tenia ojos para esa maravillosa visión que tenía delante de mi. Colgando del techo, justo encima de la cama, había una preciosa y adorable mosquitera blanca.

35.Día 15: AFRICA ES, CON JUSTICIA, UN NOMBRE DE MUJER

La mañana que me iba, era ya la cuarta que la zona centro de Korogocho amanecía sin suministro de agua. Los habitantes del slum iban cargados de bidones amarillos que llenaban en los barrios cercanos (yo ya tuve que hacerlo y esos bidones pesan una autentica barbaridad). Había algunos niños que los arrastraban como podían y sobre todo mujeres, que ataban los extremos de una tela al asa del bidón y se lo colgaban de la frente, cargándolo sobre la espalda. Era un sobreesfuerzo y las pobres iban que les temblaban las piernas al andar, pero es que aquí las mujeres son tratadas como mulas de carga y la típica imagen de mujeres portando cosas encima de la cabeza podría simbolizar perfectamente el status que tienen en la sociedad. No se veía a ningún hombre cargando bidones a no ser que utilizara una buena carretilla o ayudado por tecnología. El papel del hombre con la llegada de la modernidad en gran parte del país ha quedado tan desdibujado y borroso que da hasta pena: violentos, borrachos, maltratadores, irresponsables, vagos… Pocos hombres dan la talla y crean una fuerza constructiva para una sociedad muy machista que se vuelca con ellos. Las mujeres por el contrario han tomado la carga de todas las responsabilidades de los hijos, del hogar, del ahorro doméstico, de la comida, de la educación... Aquí en Korogocho en muchas familias no existe la figura del padre, y según dicen los misioneros, la mayoría son madres solteras (separadas tras malas experiencias matrimoniales, por ejemplo) que se buscan la vida como pueden y cuyos hijos pertenecen frecuentemente a diferentes hombres. Yo me preguntaba a veces, que si solo hay street boys, ¿dónde están las street girls? Pues sencillamente teniendo hijos y empezando a desempeñar todo tipo de responsabilidades, porque aquí se casan jóvenes (desde los 14), y generalmente con un hombre que le supera bastante en edad. Hablando un poco a la ligera se podría decir que aquí las madres lo son TODO, los padres probablemente tan solo una fuente de problemas. Claro, en el centro de Nairobi y las zonas ricas la situación es mas similar a la de nuestros países occidentales, con discursos de igualdad semejantes, lo cual no quita que la situación de la mujer en el continente se pueda definir como la de un ciudadano de segunda categoría con muchas mas obligaciones que derechos y que sin embargo carga con todo el peso de la sociedad siendo el sustento y apoyo de la misma. Yo pienso que ellas son parte de la solución, las actuales protagonistas, la mayor parte del progreso y la prosperidad que se coseche en África les pertenece.

34.Día 14: LA ÚLTIMA CENA

Encarnita y Danielle no llegaban a encontrarse para hablar de mi situación, ella estuvo fuera unos días, el otros, y estaban de lo mas atareados. Lo que estaba claro es que a Danielle no le hacia la menor gracia que estuviera trabajando con las hermanas, y lo de Marsabit aunque en un principio pareció conforme, luego soltaba comentarios desagradables sobre mi intención de hacer turismo o de estar en un hotel. Decidí tomar la iniciativa, y como era imposible pillar al padre Danielle para hablar a solas y tranquilamente lo dispuse todo para irme a Kariobangi (Encarnita ya me dijo que la habitación estaba lista si me iba). Quise hablar con el padre John, pues esa situación no me gustaba. El estaba contento de que hubiera encontrado proyectos con los que conectaba y ya estuviera manos a la obra. Me dijo que dos meses era poco tiempo para andar preocupándome por tonterías y que daba igual el sitio, lo importante eran otras cosas. La misión para el era un hogar donde se acogía a todo el mundo, y mas si se venia a colaborar. Agradeciendo el consejo dedique la tarde ha hacer una suculenta cena de tortillas y cocina española, (a las compras tuvo que venir Crysantus conmigo, pues me querían timar en todos sitios) y como además esa noche venia otro misionero que trajo salami y vino, os podéis imaginar el festín, acostumbrados como estaban a la comida de piso de estudiantes: le hicieron fotos y todo (tenían tecnología escondida en un cuarto secreto incluso para mi, cuya pieza mas preciada era un ordenador). El caso es que fue una noche alegre donde pude finalmente agradecer la acogida y disponer mi marcha al día siguiente con motivo de mi partida a Marsabit en la madrugada dos días mas tarde. No se puede decir que me diera pena, pero echaría de menos el bullicio y encanto de esa casa, el estar en el ojo del huracán y las visitas constantes. Aun así, no me arrepentiría ni un segundo, de ninguna de las decisiones que había tomado.

viernes, 1 de diciembre de 2006

33.Día 13: ¿TRABAJAR DE VOLUNTARIO O VOLUNTARIAMENTE TRABAJANDO?

Yo lo tenía clarísimo: "No me vuelvo a embarcar en ningún proyecto como voluntario. La próxima vez será cobrando", y es que ya me estaba empezando a sentar mal el que sistemáticamente se menospreciara mi tiempo de trabajo (en España y Kenya) y mis posibles habilidades por el hecho de ofrecerlas voluntariamente. Me sentía preparado y válido para aceptar encargos que existían, pero para los cuales no contaba por mi condición de "bulto", o "paquete" o de "voluntario". De todas formas ese día lo iba a dedicar a hacer el diseño del catálogo, y me hacia cierta ilusión dejar de sentirme un estorbo para hacer algo útil. Cuando llegue a la casa de las hermanas, antes de ponerme manos a la obra, hablamos del viaje a Marsabit, el cual nos venía de perlas para nuestro documental. Luego me enseñaron el cuarto en el que me alojaría si al final se decidía que era mejor vivir con ellas y me encontré que habían preparado la habitación y encima de una mesa había un portátil (con una tela para cubrirlo del polvo), una botella y un vaso de agua. Me dieron la llave y me dijeron que allí nadie me molestaría y que si tenía algún problema o necesidad ellas estarían por allí cerca. Por muy insignificante que pareciera, que se me tuviera en cuenta de esa forma me dio la vida. Nada más que por eso, les iba a hacer un catálogo que se iba a cagar la perra.

32.PEOR EL REMEDIO DE LA ENFERMEDAD

Tenía yo el cuerpo raro, pero el ánimo bien arriba, estaba con una confianza en mi mismo y unas ganas de trabajar inéditas. Sin embargo esa noche no pude dormir por las extrañas pesadillas en las que parte de mi familia y de mis amigos estaban conmigo aquí y morían a manos de bandidos en la puerta de la misión. Estas alucinaciones eran parte de los efectos secundarios de "Lariam", la pastilla que semanalmente me tomaba para evitar una posible malaria, y que el gobierno te da gratuitamente cuando vas a un país de riesgo. No existe la vacuna contra este mal, ni tampoco ayudas a la consecución de la misma. Algunos investigadores (en el libro que me dejo el padre John) cuentan su dura experiencia sin medios, mientras los laboratorios farmacéuticos destinan fondos a cuestiones de muchísima menor relevancia, mientras se lucran con toda la gama de fármacos que además te proporcionan todo tipo de efectos secundarios. Hay personas que lo toleran bien, pero a mi me dejaba el cuerpo regular y me creaba insistentes pesadillas, por lo cual, decidí dejar de tomar la pastilla, de la que además la gente aquí hablaba fatal y había incluso experiencias de muerte. Mi guerra particular contra los mosquitos cobraba nuevas e interesantes dimensiones.
Y en lo que respecta a vosotros, amigos y familiares queridos del alma, me gustaría que prometierais que no vais a morir hasta dentro de muuuuucho, a poder ser después de mi, y de hacerlo antes, que seáis discretos y silenciosos, tras haber acumulado una abultada herencia a repartir entre pocos. Es difícil hacer una broma de esto, no sabéis lo mal que se pasa.

31.Día 12: UNA CUESTION DE DIGNIDAD

No voy a relatar la de veces que se fue el suministro de agua, o de luz, pues seria aburrido, ni la de veces que la gente me pedía dinero o cosas, ni tampoco las "trampas" que me creaban para comprometerme a colaborar económicamente con proyectos, ideas, etc. Era habitual, sin embargo ese día me lleve una gran sorpresa en la reunión con los aspirantes a misioneros cuando se precipitaron y revelaron claramente que toda la parafernalia de crear un proyecto para el grupo de jóvenes, era tan sólo una excusa para que yo les mandara dinero desde España incondicionalmente. Se pusieron muy duros, y casi me exigieron aceptar un compromiso económico sin haber empezado siquiera a hacer nada. Puedo comprender que se busquen escapatorias, y un blanco siempre es una oportunidad, pero que fueran los aspirantes a misioneros los que crearan la trampa y que fueran tan sucios me decepciono un poco. Yo defendía que se olvidaran de buscar financiación hasta que se creara algo que mereciera la pena de verdad, y que yo personalmente no me comprometía a nada porque no tenía medios y porque no tenía argumentos para confiar en el proyecto ciegamente. Ese posicionamiento destruyó fulminantemente para ellos todo lo demás, a saber: todas las buenas intenciones, el proyecto que ya estaba diseñado, y nuestra relación de camaradería. Con cierto mal sabor de boca fui por la tarde a la reunión de los scouts. En un cuartito que había decorado con fotos y posters el jefe, nos juntamos un grupete de 12 chavales de 12 años de media, mas algunos pequeñajos. Me enseñaron lo que hacían, y hablamos un poquillo sobre las diferencias de nuestros grupos y de sus campamentos donde todo lo hacían ellos con palos y maleza (tiendas, fuego, construcciones mínimas…), luego nos fuimos a jugar al lugar donde yo vi la flor de lis pintada en una chapa. Tras la misma había un descampado, que Michael (el jefe) se había reservado para jugar y hacer talleres con los chavales. Que un mzungu (un blanco) acudiera y llevara consigo una pañoleta no era algo cotidiano y por ello de camino al sitio se nos fueron adhiriendo chavales que finalmente participaron de la reunión con nosotros. Michael, que era perro viejo supo aprovechar la ocasión y se saco de la manga sus mejores juegos y triquiñuelas, que hicieron las delicias de los chavales. Tenía una relación como de abuelo con los niños y sus juegos eran tradicionales, con pañuelos, piedras y otros objetos, yo hice también algo de lo que sabía. Luego ensayaron formaciones militares (marchas, posiciones, saludos) y finalmente nos fuimos a hacer una foto todos juntos a una tienda de fotografía. Durante el camino, ayudamos a unos chavales que intentaban desatascar el barro que impedía pasar las corrientes de agua al lado de su casa. Uno de los niños de los scouts me dijo que por eso eran scouts, para ayudar a la gente. Esos niños eran distintos, tenían una madurez especial, no escuche ni una sola petición de nada en toda la tarde. Que se respirara esa dignidad en el seno de mi asociación me lleno de orgullo, yo esa tarde me lo pasé pipa, y procuraría reincidir.

30.Día 11: QUE LEVANTE LA MANO EL QUE NO ESTE ENFERMO.

Desde las 9 hasta las 5 estuve trabajando sobre el catalogo de los productos de la escuela de mujeres. Mi compañero de equipo se llamaba Ignacius, un tío trabajador y silencioso, con el tiempo lo llegaría a admirar por su dignidad y su inteligencia. El era de Korogocho, pero no quería irse de allí, el amaba a su gente y su vida, el estaba cambiando las cosas desde dentro y a su manera. El caso es que estaba yo poco receptivo ese día para hablar con nadie. Estaba sufriendo "la revolución del cuerpo", pues cada parte de mi funcionaba por su propia cuenta. La comida africana me creaba unos gases tremendos, sentía frío y calor, dolor de cabeza intermitente… Cuando descubrí que tenia 38 de fiebre, me sentí un poco como cumpliendo con la obligación de ir a África y penar durante unos días, pero claro, no es que me esperara mimitos, pero la profunda apatía que despertaba mi malestar físico, pues tampoco. Pero es que aquí como todo el mundo esta enfermo siempre, pues claro, mejor sufrir en silencio a sufrir comentarios del tipo: "¿sólo 38 de fiebre?, yo tras la malaria he tenido dos periodos de diarreas, una gastroenteritis y haber si se me cura la infección de la uña del pie, aun así esta siendo un otoño llevadero, si te cuento lo del chiquillo de mi vecino…". Decidí relajarme un poco y me quede en casa solo. Esa noche vinieron dos "street boys", uno de ellos sangraba por la boca y tenia un tajo considerable en el brazo. Como si de un par de niños pequeños se tratara enseñaban la herida para ver si podía hacer algo. El chico se lavó y luego le puse una venda. Crysantus llego justo cuando ya se iban, y ante su falta de emoción, me explico que esa situación era normal, pero que no me preocupara de la herida del brazo, que lo complicado en ese caso eran los dientes, si se había fastidiado algo, seria imposible encontrar alguien que pudiera arreglárselo.
Después de cenar, sin que a nadie le impresionara lo ocurrido, vi como guardaban el jamón colgado tras una puerta. Me dijeron que era por las ratas, y me enseñaron las marcas de los mordiscos en el precario mobiliario de plástico de la cocina.
Si las circunstancias se empeñaban en continuar por esos caminos, no es que fuera a regresar curtido a España, es que ni mi madre sabrá reconocer al Rambo que llama a la puerta de su casa.

29.LAS VENTAJAS DE SER CURA EN KENYA

Yo pensaba que todas las misiones estaban situadas en los barrios marginales, encontrarme esa pedazo de mansión en un barrio residencial fue una sorpresa. Un jardín con fuentes y bonitas vistas, ordenadores modernos, sala de estar decorada con glamour… Allí nos recibieron los jesuitas armados de folletos y libros para mostrarnos su labor en cuanto al sida, os resumiré en breves palabras todo un discurso bien estructurado de una hora: hacen mítines, forums, escriben libros y se dedican a pensar sobre ello. El padre Danielle y Gino no tuvieron piedad en el turno de réplica. Yo comprendí que esa gente no había visto un enfermo de sida en su vida, ni prestaban atención a las familias, ni proyectos, ni nada. Vivían la vida padre a costa de sus estudios sobre el sida mientras cientos de personas morían a escasos metros de su puerta. Tras el coloquio que supieron dominar con toda la diplomacia y el buen hacer, nos invitaron a una buena cena. Nos echamos unas risas con esto de que placentero es un retrete donde puedes sentarte (por ciento que yo fui dos veces). Bromeando les dije a Dennis y Crysantus que por fin comprendía porque querían ser jesuitas. El silencio que prosiguió tras mi chiste, me dio a entender que lo que había dicho no era ninguna tontería. Pensándolo bien, aquí en Kenya si procedes de una familia humilde, te puede compensar el hacerte cura. Tienes los estudios universitarios pagados, un nivel de vida elevado, protagonismo social, actividad llevadera, vida cómoda y reconocimiento y admiración por parte de la gente (poder). Y si la vida de cura es demasiado dura, te puedes plantear dejarlo a mitad de camino. Hay un par de historias que son la vergüenza de los religiosos aquí; hace no mucho, al norte del país, murió un obispo a manos de un sacerdote al que se piensa que pilló robando dinero o con asuntos sucios. Hace unos años otra historia semejante acabo en el asesinato de otro superior. Es cierto que son casos aislados, y que no pueden empañar la labor que hacen los religiosos en Kenya, pero también es cierto que pese a las medidas de prevención, la iglesia aquí no escapa a ese olor a podrido que expiden todas las instituciones del país.

28.Día 10: EL MATATU LOCO

28.Día 10: EL MATATU LOCO

Era jueves y comencé ya el trabajo con las hermanas. Iba a realizar el catalogo, pero apenas pude hacer una introducción, pues nos habían invitado a la comunidad de Korogocho una comunidad jesuita para hablarnos de sus actividades en cuanto al sida, y teníamos que ir a la otra punta de Nairobi. Eran amigos de Dennis, y atravesamos todo el slum hasta terreno asfaltado para coger el "matatu". Como a esta gente no les gustaban las preguntas, decidí descubrir por mi mismo que era eso. Los mercados del slum son muy curiosos, y yo me distraía con cualquier cosa, hasta que escuche, ‼Corre que se nos escapa!!, sin saber a donde iba, apenas pude parar un segundo y decir ¿Esto es el matatu?, pero en realidad quise decir: ¿Aquí vamos a ir?!!. Me dieron la bienvenida la música a todo volumen, asientos apretados y cachivaches colgando por todos lados (yo me senté al lado del conductor). La única definición válida que encuentro es "especie de fragoneta tuneada", con dos empleados: el conductor y un secuaz que mantiene la puerta abierta y va gritando a la gente que el destino del Matatu, por si se quieren subir, y armado con un pedrolo golpeaba el techo cada vez que alguien se quiere subir. Si querías bajar debías golpear el techo mismamente (con la música no se escucha la voz). Con capacidad para unas doce personas íbamos a toda leche a ritmo de pitidos, chillidos y pedrolazos, mientras esquivábamos gente, bicicletas, otros vehículos aun por definir y animales de granja. Una vez fuera del slum, me di cuenta que no había ni pasos de peatones, ni semáforos, ni señales de ningún tipo, ni nada. Yo, que me hice creyente de golpe, y me puse a rezar mientras bajamos una cuesta a una velocidad del todo inadecuada para las circunstancias, vi cumplidas mis plegarias avistando al fondo un semáforo que para mi satisfacción absoluta se ponía en rojo. Conforme nos acercábamos comprendí que el conductor ni se había planteado siquiera la posibilidad de parar y atravesamos la encrucijada de caminos a toda leche haciendo que los coches de la perpendicular frenaran en seco. Todos los cruces eran así, el más valiente pasaba, un tipo de conducción agresiva total que yo llevaba un poco mal, sobre todo después de cruzarnos con dos accidentes. Había señales en las partes céntricas de Nairobi, pero yo nunca las he visto con menos autoridad que aquí. Decidí distraerme como fuera para no sentir ese vacío estomacal cada vez que tomábamos una curva, y observe que Nairobi era una ciudad bien bonita, con grandes edificios y grandes caseríos que ocupaban mucha extensión de terreno, pero lo mas llamativo para mi fue esa naturaleza exuberante con esas flores y esos árboles grandiosos por todos lados. Me quede asombrado y empecé a soñar como seria el viaje a Marsabit y la naturaleza fuera de la gran urbe que ya me tenia anonadado. Cuando llegamos al destino tras pasar ese laberinto de ciudad con ese engendro de calles disparatadas que para más INRI tenían el sentido de la circulación a la inglesa por eso de haber sido colonia. Salí escopetado del matatu y empecé a pensar en la elaboración de un videojuego a mi vuelta a España. En la parada de matatus los veía pintados de todos los colores, con todo tipo de combinaciones de luces traseras, pegatinas enormes de fútbol, religión, animales y todo lo estridente que se pueda llegar a imaginar. Era la primera imagen de una nueva vida. Me sentía como si hubiera vuelto a nacer.
Allí nos esperaban los jesuitas, que nos llevaron en coche a una ricachona zona residencial justo al lado de un slum. Ahora comprendería porqué bromeaban acerca de ese sitio la noche anterior, y lo llamaban "la vida Bourgeois"

27.Día 9: STREET BOYS

Esa mañana decidí ir con Dennis al proyecto de los niños de la calle, allí nos esperaban una veintena de chavales en una casucha del slum a punto de caerse en la que había una improvisada clase donde se procuraba que estudiaran swahili, inglés y matemáticas básicas. A los que mostraban progreso se les llevaba a la escuela. (Se probó llevar a todos a la vez, pero sencillamente hacían pellas o armaban jaleos). Pero la mayoría estaban fuera de la casa peleando, haciendo ruido y entraban y salían sin respeto ninguno hacia nada. Se podría decir que cuanto mas grandes son, mas asalvajados están y son los pequeños los que mejor responden a los estímulos de los trabajadores sociales del centro. Estos chavales duermen donde pueden y en gran parte son huérfanos, el programa de los padres combonianos les daba comida tras las clases, de todas formas los chicos tenían recursos propios. Hay dos elementos que acompañan al prototipo de "street boy": un saco en el cual meten todo aquello comestible del estercolero (sobre todo comida de las compañías aéreas y azucarillos), y su bote de pegamento, el cual esnifan de continuo. El pegamento es una mezcla de cola de carpintería y petróleo, algunas mujeres lo fabrican como negocio y su precio es tan asequible que esta al alcance de cualquiera. Está envasado en botes de plástico que los chavales sujetan con la boca mientras aspiran por la nariz. Los efectos: estar colocado todo el día, y dependencia de la sustancia. El programa ofrece para aquellos que deseen dejar la droga, la posibilidad de ir a un centro al otro lado de la ciudad en el cual residen al menos un año, y se procura la reinserción tras el abandono de la droga, sin embargo muy pocos conseguían salir realmente de su situación. Esa mañana la pelea era porque alguien había robado el zumo de frutas que uno consiguió encontrar en el estercolero, peleaban como adultos, pero lloraban como niños. Separarlos no fue cosa fácil. Era un proyecto muy complicado. No había muchos medios, y era complicado manejar tanta agresividad. No era fácil enseñar matemáticas a alguien completamente colocado.
Sin embargo había chavales encantadores, y que se tomaban las clases en serio y querían prosperar, entre ellos estaba Elvis, un niño muy inteligente y con grandes cualidades. Yo daría cualquier cosa por sacarlo de esa situación y proporcionarle un futuro. Me dediqué por la mañana a hacerles compañía y hablar con ellos. Por la tarde iríamos a jugar al fútbol a un descampado. A mi me toco en el equipo de los abusones (los grandes) y íbamos rotando con los equipos de los pequeños, los que lógicamente no tenían nada que hacer. La pelota se nos coló varias veces, había un par de chupones insoportables, y acabamos rendidos y exhaustos hablando de todo un poco al final. Ya se que suena a tópico, pero ¿acaso no es el fútbol el lenguaje internacional? Lo único que no me explico es como podían correr y jugar así con el bote de pegamento enganchado en la boca. Nuestro portero era un espectáculo dantesco, totalmente tirado y sin capacidad de reacción pese a los gritos y chillidos que le dedicábamos cuando llegaba el equipo contrario. Quedé en unirme a ellos otro día, pues Elvis y otro amigo suyo querían que les hiciera un retrato (por la mañana ya les pinté un par de cosas). Hablamos sobre el pegamento y me prometieron que ellos dos jamás lo probarían pues sabían que crea dependencia y después de eso no tendrían posibilidades de futuro. Si pudiera mentirme a mi mismo me conformaría con eso. Pero sabía bien, que harían falta muchas otras cosas para que las vidas de esos niños no acabaran en tragedia.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

26.PERSONAJES VARIOPINTOS

Cada día a la hora de la cena teníamos invitados, y la nuestra era una casa de mucho ajetreo. Como todo el mundo estaba ocupado, era el único momento donde nos veíamos las caras y hablábamos de todo un poco, y yo de paso me enteraba de todos los intríngulis de las congregaciones, jerarquías y del mundo misionero/eclesiástico. Yo pensaba que los aspirantes a jesuitas podían ser mis coleguillas por eso de ser cercanos a mi edad, sin embargo no encontraríamos conexión alguna. Crysantus tras sus días de retiro vivía en un mundo paralelo y abstracto más bien alejado del mundo real, y yo no podía sostener conversaciones con él (del tipo: ¿cuales son las virtudes más importantes que emanan del espíritu santo?) Vivíamos incomprendiéndonos cada día mas, pero el además por mi condición de no creyente me trataba con desdén. Dennis era como un niño pijillo, con móvil superfashion y hábitos de rico (tenia una actitud de resignación total ante el asco que le producía todo en general), bastante ocioso, aunque también era muy alegre cuando le pillabas de buenas. No comprendía que hacia una persona como el en un sitio como ese.
Sin embargo no podía aburrirme en esa casa siempre llena de gente: venía gente del barrio, ONGs, escolásticos, estudiantes y diariamente conocía a alguien interesante. En mi octavo día en Nairobi se celebraba el encuentro de combonianos menores de 40 años y se quedaron a dormir en Korogocho. Uno de ellos era mexicano y era simpatiquísimo, tenía mas pintas de macarrilla que de cura. El estaba al norte del país, en Marsabit. Yo le comente que en principio pensamos de ir allí para filmar, pero no pudo ser. Él me dijo que se iba en unos días y regresaba a Nairobi una semana después, que había espacio para mi, pero me advirtió que era un viaje largo y tedioso en Land Rover que atravesaba todo el país (parques naturales, monte Kenya...), para llegar a un área desértica donde convivían varias tribus con proyectos y circunstancias muy diferentes de Nairobi. Mi respuesta fue: "Ummm… veamos…, podría ser una opción… espera que consulte mi agenda y lo piense un poco…"

25.CONFLICTOS MORALES

La gente de Kenya sabe acoger bien, y les agrada que los extranjeros se interesen por la realidad del país, así que esa mañana hablamos sin descanso de muchas cosas (aparte del sida). No hacia falta venir a Kenya para saber de las desigualdades entre nuestros países y las oportunidades que nosotros tenemos, pero palpar la realidad tan de cerca te hace comprender mejor. Yo les hable de mi generación, los llamados mileuristas (1000 euros mensuales al mes en el primer trabajo), claro, ellos no sueñan ni con un sueldo parecido, ni con cualquier sueldo que no signifique vivir al día. Ellos sueñan con construir una vida digna (casa, hijos, estabilidad), y a ello se entregan, siendo las familias estructuras delicadas de compensación entre los miembros de la misma. Mientras tanto, nosotros invertimos en nuestro tiempo de ocio, (a ellos saber que alguien puede tener un sueldo mientras vive en casa de sus padres sin el gasto de casa y comida les parece una obscenidad total, que se queje de falta de oportunidades en una sociedad como la española, les parecía una inmoralidad) y si bien es cierto que ni en África, ni en Europa ni en ningún sitio, a la gente le gusta esforzarse y dar un palo al agua, aquí encaran la situación y enfrentan los problemas de una forma que en Europa sería admirable. Aquí nadie se lamenta. Hablamos de estas y otras cosas, estableciendo comparaciones en todo tipo de situaciones. Si lo pienso bien, nada que no supiera ya. Ahora bien, hay cierto tipo de conversaciones y actitudes en las que no pienso reincidir nunca jamás. Volver a España va ser difícil sobre todo ahora que soy alérgico total al victimismo y la queja sistemática.

Por lo demás, la reunión fue bien, sacamos un proyecto interesante y nos volveríamos a reunir en cuatro días. Fue hacia el final cuando descubrí que el único interés que tenían en que estuviera en la reunión era el poder obtener soporte económico español una vez saliera de Kenya. Yo a estas alturas ya tengo cierto complejo de Papa Noel, porque mucha gente se me acerca con demandas y me tantea a ver que puedo dar (los niños son más claros y van al grano: tienes un reloj?, me das tu mochila?, dame 1000 chelines…), pero claro, es como un flotador al que todo el mundo quiere agarrarse. Aquí estoy comprendiendo muchas cosas, y aprendiendo a tener las ideas muy claras: quien soy, que pretendo, que oportunidades y apoyos poseo, las consecuencias de mis acciones, mis prioridades, mi estilo de vida... Hacer este orden y limpieza interior y alejar ese típico sentimiento de culpa es una experiencia que recomiendo (aunque siempre hay cabos sueltos) y por otro lado me siento más útil. El padre John me ha enseñado que ayudar no es hacer un esfuerzo por una causa, frustrarte por no conseguir los objetivos o sentirte auto complacido por los resultados. Ayudar es cuestionarte cien veces las cosas y analizar minuciosamente el entorno, es conocer a la persona de enfrente (motivaciones, cultura, luces y sombras), estar a su lado (no por encima o por debajo), es trabajar en equipo creando estructuras estables con ideales fuertes y medidas para que estos se respeten uno vez tu no estés, es evaluar todos los días el resultado de tus acciones estando en un proceso de aprendizaje abierto, y mientras tus intereses sean puros y auténticos y tengas una mínima coherencia contigo mismo no debieras desanimarte. África además necesita fortaleza, paciencia y sobre todo continuidad. No me iba a ser tan fácil ser de ayuda como tenia pensado.

24.SIDA

Por la mañana tenia una reunión con algunos aspirantes a misioneros combonianos, pues habíamos hablado de desarrollar algún proyecto vinculado a un grupo de jóvenes del colegio donde ellos trabajaban. Yo llegué dispuesto, con toda mi sabiduría y mis técnicas de programación, pero me encontré con que ellos tenían otras mucho mas desarrolladas (fue agradable encontrar una sorpresa así). Sin embargo estuvimos hablando de todo un poco. A mi me interesaba sobre todo saber la idea que se tiene en cuanto al sida y como se enfrenta a ello la juventud de ahora. Se podría decir que hay una mayor conciencia, pero no veo claro que una nueva generación provoque el cambio. Ya se sabe que para el Sida no hay soluciones milagrosas y menos para las gentes de Korogocho, y es difícil posicionarse, tanto es así que la ausencia de una solución conjunta y definitiva es un obstáculo más, pero vayamos por partes. El Sida actualmente deteriora el estado de salud de la persona, pero con tratamiento (retrovirales) puedes prolongar tu vida unos 10 o 15 años más (hasta 20 años, dependiendo de cómo reacciona el cuerpo de cada persona), eso si, con hábitos de vida saludables y abstinencia sexual. Una mujer embarazada puede contagiar a su hijo de dos maneras: por contaminación durante el parto (sangre), o durante la lactancia. Se hace el test en muchos centros de salud a las embazadas pero no siempre llegan a todos los lugares.
Esta sociedad suele marginar a los enfermos, por eso muchos de ellos ocultan su situación, sin embargo cada vez la gente esta más informada de todo lo que supone la enfermedad. La línea de acción que proponen los colegios (y la iglesia) es la abstinencia y el tener una pareja estable con la que practicar el sexo después del matrimonio, dando información sobre métodos anticonceptivos, aunque supongo que dependiendo del colegio y profesor se hará mas o menos hincapié (aquí en Kenya la gente se casa o empieza a tener hijos joven (desde los 14 para ellas y 18 aprox. para ellos, aunque varía mucho de cada zona [pueblo-ciudad, slum-centro de Nairobi] y cada caso particular). De cualquier modo cambiar los hábitos sexuales de aquí no es cosa fácil por mucho que se predique y las infidelidades y la promiscuidad están a la orden del día.
Por otro lado hay muchas ONG’s que con toda la buena voluntad, pero muchas veces sin un programa bien definido vienen armadas de muchísimos preservativos, pero que en muchos casos no solucionan o empeoran la situación: gente que utiliza un preservativo varias veces, o tras el hábito no encuentra la sede de la ONG abierta cuando se necesita, o el programa de repartición de preservativos ha finalizado, o la ONG quiebra… Y no olvidemos que los fabricantes de condones tienen aquí un buen negocio, y que la gente de los slum no tiene medios.
Estas medidas que van en direcciones opuestas no hacen mas que destruirse entre ellas y prolongar el caos mientras las autoridades se dedican a seguir pensando sin abordar el problema con la intensidad que se requiere. Cual es la vía intermedia?, Existe una solución a corto plazo?, alguna noticia esperanzadora? Algún plan eficaz? Alguien capaz de sostener un discurso que no condene tajantemente el fraude de la solución milagrosa del condón?, o que no culpabilice injustamente a la iglesia de los estragos del sida en África?, alguien capaz de decir algo constructivo?, no hay ningún valiente?...
Hay un premio Nobel esperando a que alguien sea capaz de contestar al Sida, yo espero que no sea muy tarde.

23.Día 8: AFRICA, ¿COMO?

El libro que me dejó el padre John se llamaba "África, ¿por qué?" y tocaba todos los temas de interés, concretando los conflictos locales. Yo me quedé con dos ideas; con respecto a los medios de comunicación, tenemos una idea errónea de lo que es este continente, el discurso que haría la gente de aquí dista bastante de la visión extremosa y sensacionalista que nos llega por las agencias de noticias (o un vergel paradisíaco, o un lugar de conflictos sanguinarios y hambrunas). Existe una idea general más neutra, vidas cotidianas y problemas que requieren conocer la realidad de aquí y que tienen cierta profundidad (sin contar con que África son muchos países y muchos contrastes). Con respecto al intervencionismo y a las soluciones milagrosas, y a todo tipo de acción exterior creo que seria justo decir que a estas alturas del partido lo único que África necesita de occidente en este momento es tan solo una cosa: humildad. A partir de ahí se podrá hacer algo, lo demás es persistir en un error que ya se esta pagando caro.
Encontré además dos citas que me gustaron bastante. La primera es de San Jerónimo en el siglo IV d.C. y se refiere a la iglesia (pero no sólo a ella): "Se pinta el pergamino con color púrpura, se escriben letras con oro liquido, se revisten los libros de resina, pero Cristo está muriendo delante de tu puerta completamente desnudo".
La segunda cita es del autor del libro (editor de mundo negro, cuyo nombre no recuerdo): "Nadie medianamente sensato puede aceptar la desigualdad a escala planetaria, si sabe que en el mundo hay suficientes recursos para todos, y que unos pocos viven bien, no solo porque trabajan, sino también porque millones de personas carecen de lo imprescindible".

22.LA HACEDORA DE DOCUMENTALES Y BABA KEVIN

Esa tarde vino Philip como acordamos y me llevo a ver ese documental del que me hablaba. Estaba en otro barrio cerca de Korogocho, como dato curioso tuve que rechazar la bebida que me ofrecía, y ya me daba mala espina tanto halago y tanta camaradería. Me llevo a un hogar para huérfanos, allí estaba la chica italiana de la que me hablo, ella por su cuenta se dedicaba a hacer documentales como free lance para la televisión italiana, los compraban a buen precio y con ese dinero le daba para hacer otro nuevo, era una actividad de cierto riesgo, sobre todo estando sola como estaba, pero se protegía bien. Me pareció un interesantísimo futuro profesional, y hablamos del asunto. Era así un poco hippy y mientras hablaba mirando al horizonte con el cigarro en la mano como diciendo "que interesante que soy" vi truncado mi deseo de enamorarme de otra blanca en un entorno africano como en las románticas películas sobre África. A mi me atraían mucho mas las lugareñas y su humildad y sonrisa transparente que esta muchacha, su pose tan descarada, y sus aires de grandeza. Ahora bien, hay que reconocer que tenía los ovarios bien puestos. Se alojaba en el orfanato que regentaba Baba Kevin, un huérfano que quiso realizar el sueño de su madre y construyo un edificio mitad escuela y mitad residencia (o al menos eso decía). Philip no me hablo de nada de eso, y el trato que recibí allí por parte de las maestras y el coordinador (Baba Kevin) despertó en mí las mas profundas sospechas de que algo no andaba bien, demasiada pleitesía y encanto. Me ofrecían todo lo que quisiera (alojamiento, espacio para desarrollar mis proyectos…). Además el enorme despacho y el enorme sillón donde me recibió Baba Kevin con el retrato de su madre y la pancarta de su hermano (líder de un partido político y que ocupaba un escaño en el parlamento, pero que estaba en Italia) mas que de un orfanato parecía de la mafia rusa. El orfanato estaba hermanado con una ONG en Italia (Mondoazzurro) y se podía decir que el sitio estaba limpio y organizado. Los deje intentando realizar un videoclip con los niños con las constantes idas y venidas de la luz. Quede en volver a verlos para ver el documental terminado (la italiana se había traído un muy buen equipo que yo ya había fichado en España). Agradecí a Philip la visita que me había supuesto una revelación con respecto a un futuro profesional, luego le pregunte que como era posible que teniendo un escaño en el parlamento de Kenya se viva en Italia, me dijo que en cuanto se alcanza el poder se cambia fácilmente, pero no sabia demasiado sobre esa historia. Cuando le dije que como era posible que un artista sobreviviera en los barrios periféricos de Kenya, me dijo escuetamente que paralelamente tenía sus negocios. Como mi situación era un poco inestable quede en llamarle en un futuro lejano para ver lo del documental. Al llegar a casa y tras la habitual cena de risas y buen rollito me sorprendió que el padre Danielle quisiera hablar conmigo con todo el mundo delante, yo le conté bastante torpemente como me había enamorado de los proyectos de las hermanas y de su modo de trabajar y que había preguntado a Encarnita si le parecía bien que trabajara con ellas y ahora le preguntaba a él. La verdad es que se lo tomó mal y lo achacó a la cultura europea egoísta (no aceptar lo que se te ofrece) y de tener que estar siempre haciendo cosas (lo cual tenia parte de razón), para mi fue un poco difícil porque no era mi intención molestar a nadie allí después de la acogida, pero en mi cabeza todo era mucho mas sencillo y obedecía a hacer lo que consideraba mas correcto. Por la noche me fui a dormir con un libro sobre África en español muy interesante que me dejo el padre John. Después de un rato vino Crysantus (el jesuita recién llegado de su retiro) y me dijo que lamentaba lo de las fotos (el padre Danielle hizo mención varias veces a lo de no hacer fotos, aunque no sabia de mis travesuras), que si quería él podría acompañarme en secreto, le di las gracias pero le dije que no tenia intención alguna de hacer fotos de turismo, me daba muy mala espina y aun hoy pienso que lo mandó el Padre Danielle para ponerme a prueba. Así funcionan las cosas en estos lugares, todo tiene dos caras, y la gente es astuta, puede que me equivoque en mis apreciaciones pero por si las moscas yo me fío sólo de mi mismo. Bueno, también un poquillo de Encarnita y del padre John.

21.MEMORY BOOK

Para ella no era ningún problema, se pensó que iría con los padres por una cuestión de género, ella hablaría con Danielle y acordarían de que modo se haría, pero como estaba claro que conectaba mejor con su forma de trabajar no perderíamos más tiempo y nos fuimos a realizar el trabajo que me ofrecía. El proyecto se llamaba "Memory Book", era reciente y lo había importado de una idea que nació en una misión de Uganda y que ya estaba dando resultados. Como dije el otro día, aquí uno de los grandes problemas es el desarraigo de los niños que, una vez huérfanos, no saben de donde vienen, ni quienes son, y ante tal falta de referencias se convierten en carne de cañón para un entorno ya duro de por si. Este proyecto ofrecía a los padres enfermos de sida la posibilidad de hacer un libro con fotos, en el cual escribirían quienes eran, de donde venían, sus aficiones, así como los últimos años de enfermedad y le relatarían a sus hijos como nacieron, su crecimiento, advertencias y sus esperanzas para su futuro. En muchos casos ellos no podían escribir y lo hacia el asistente social, eran ayudados asimismo a expresar sus emociones. Este proyecto no estaba aislado y formaba parte de la asistencia global que se daba a los enfermos, en este caso ayudándoles a comunicarse con sus hijos y a planificar su futuro para cuando ellos no estuvieran. Esa mañana la empleamos en visitar las casas, para hacer algunas fotos para el libro. El acompañamiento que se le daba a esta gente que se preparaba para la muerte no tenia precio y por eso, era gratuito. Como Encarnita sabia que Danielle tenia reparos quiso hacer ella las fotos, al final con todas las precauciones las hice yo, Encarnita era una persona que estaba poniendo siempre toda la carne en el asador, y yo no me iba a quedar atrás, quería que las fotos de esa gente salieran lo mejor posible y resaltaran la dignidad de unas madres que luchan por sus hijos hasta el final. Visitamos tres casas de tres madres maravillosas, esa gente se sentía acompañada y agradecida. Encarnita quería que yo me encargara de los libros (pues sabía que tenia algunos conocimientos de informática), y que les diera la forma final. Le dije que si al final era yo el que recibiera ese encargo seria la cosa mas bonita que hubiera hecho en toda mi vida.

20.Día 7: BUSCANDO MI SITIO

En el desayuno hablando supieron que ese día me iba con Encarnita a trabajar, había quedado a las 8,30 y a las 8,20 cuando salía por la puerta fui requerido para una reunión sobre mis expectativas y demás. El padre Danielle no comprendía muy bien mis motivaciones, para el una experiencia vital no era trabajar, me dijo que fuera despacio conociera los proyectos poco a poco, no me dispersara pero como había prisa dijo que hablaríamos en otra reunión sobre aspectos concretos (decidimos que esa misma noche), para él debía olvidar del todo la posibilidad de hacer fotos y grabar en Korogocho, pues si vivía allí era un peligro portar tecnología. Al final hablamos un poco pero no concretamos nada. Cuando llegue al centro de salud Encarnita estaba haciendo unos recados y mientras esperaba tuve tiempo para reflexionar, cuando llegó me hablo del proyecto para el que quería mi participación, antes de ponernos en marcha, le dije: "Quisiera preguntarte algo pero solo a condición de que me respondas con plena honestidad, y analicemos los problemas que podría acarrear. Como te he contado la convivencia en Korogocho va de maravilla y mi situación empieza a definirse, sin embargo si no te digo esto luego puedo arrepentirme: ¿Podría trabajar con y para vosotras (en exclusivo)?

lunes, 27 de noviembre de 2006

19.Día 6: UN DISTINTO CONCEPTO DEL TIEMPO                               

Como era Domingo había mucha actividad en Korogocho. Había dos turnos de misa consecutivos (tres en la parroquia de Kariobangi) para poder albergar a toda la gente en la iglesia que se abarrotaba por completo. Las niñas de las "Flower Girls" ultimaban lo que habían ensayado durante la semana (por su cuenta), el coro también se reunía todas las semanas a ensayar y afinaba las ultimas notas, la trouppe de monaguillos se ponían las vestimentas litúrgicas que la cooperativa de mujeres había hecho para ellos y todo el mundo participaba de la autentica fiesta que suponía una misa. Pero claro para mí dos horas de misa en swahili eran mas que suficiente, y es que aquí en Kenya el tiempo se prolonga fácilmente, no hay ningún tipo de prisa y como muchas veces la gente no tiene reloj, la puntualidad es relativa. Por otro lado, la misa es el sitio ideal para conocer gente, y pude conocer al jefe de los scouts de Korogocho con el que planee participar en su reunión del sábado próximo tras una larga conversación. También conocí a un emprendedor y simpatiquísimo profesor (aspirante a misionero comboniano) que al saber mi trabajo en España me ofreció participar en una idea que estaba desarrollando para trabajar con un grupo de chavales, dos días mas tarde nos reuniríamos. El resto de la mañana estuve paseando y me encontré con un gran tumulto que rodeaba una especie de teatro de variedades al aire libre que había organizado una ONG. Se elegía a Miss Korogocho entre canciones y bailes. Allí conocí a Philip, un artista bohemio que me explicaba que ese era el típico entretenimiento de la gente del slum. El tenia un grupo artístico y estaban haciendo un documental con una italiana, todo aquello me intereso y quedamos en vernos al día siguiente, me dio seguridad saber que el padre Danielle los conocía y pidieron ayuda a la parroquia para el documental. Parecía un buen chaval.
Por la tarde se reunían todos los grupos de catequesis de la zona a celebrar el "Domingo Misionero" y realizaban actuaciones. Al principio alucinaba con los bailes y cantos, que cultura tan rica! y que ritmo tenia esa gente!, pero tras los 20 minutos de cada actuación de repetitivos movimientos empecé a desear que todo eso acabase por fin. Menos mal que allí estaban algunos chavales que ya conocía y jugábamos a chorradas, pero pasábamos el tiempo. Cuando cogieron confianza empezaron a tocarme el pelo, y uno dijo "Es suaaaaveeee", el bello de mis brazos también era toda una atracción, pues ellos no tienen y era cotidiano el que se me acercaran niños y empezaran a acariciar el brazo como si yo fuera un animalillo silvestre. Al terminar las actuaciones (gracias a Dios!!) y ya fuera les dije "queréis ver algo interesante?", cuando ya estaban listos me levante la camiseta enseñando el pecho lobo; los niños se echaron para atrás y empezaron a chillar como descosidos, luego rieron y comentaron entre ellos. Ganarme a los niños era fácil, mis pelos me convertían en un espectáculo de circo.

18.A BUSCARSE LAS HABICHUELAS

La mañana del quinto día me levante dispuesto a buscarme la vida y a recabar información, buscar un proyecto que sirviera para introducirme y como vehiculo de aprendizaje. Hablando con la gente en el desayuno recibí una invitación de Gino para acompañarle en la selección de los chavales que iniciarían su proyecto "Life Skills", el padre Daniel se levanto de la mesa y dijo: "Despacio, primero debe conocer el sitio, luego a las personas", por entonces ya sabia que era el padre Danielle el que partía el bacalao allí, pero no pude siquiera responder pues ya se había ido a una reunión y fue en ese momento que se encendieron todas las alarmas y decidí actuar de inmediato, porque ya veía claro que yo en ese sistema no encajaba de ninguna manera, ya sabia que no me iban a mostrar cosas ni atender mis preguntas pues estaban bien ocupados y tenían cosas bien interesantes que hacer (y esto es bien cierto) pero eso de conocer el entorno pasivamente iba en contra de mi carácter. Mas tarde llegaría Encarnita como un rayo de sol a ver como me iba y a enseñarme algunos de sus proyectos en el slum, quería ver si podría echarle un cable en un proyecto que tenia en mente y empezar a tantear el terreno para el documental y las fotos que me comprometí a realizarles ya desde España. Estuvimos en el centro de salud: estratégicamente bien escondido entre chapas metálicas se encontraba un apretado conjunto de edificios donde un equipo de profesionales atendía a los enfermos graves, mientras enfermeros/as se repartían las distintas zonas del slum para visitar en casa a los enfermos leves y pacientes de sida generalmente. Increíblemente bien organizado para la demanda y las condiciones del lugar. Las casas se construyeron con buenos materiales y su estructura era 100 veces más fuerte que la de las casas circundantes. Era un oasis de higiene y paz pintado de color blanco y azul. Luego fuimos al programa de los niños: en este caso un grupo de voluntarios se repartían el tiempo en un centro para niños que no pueden ir a la escuela porque generalmente no pueden o tienen que cuidar de sus padres enfermos (sida), allí tenían una mini-escuela y aprendían primeros auxilios y como cuidar a los enfermos, al final del periodo de entrenamiento recibían diplomas e insignias. Durante el curso recibían información e instrucciones sobre la enfermedad adaptadas a la mentalidad de su edad, allí encontraban además un rincón de alivio pues compartían su experiencia y se ayudaban mutuamente con chavales en situación similar, podían hablar con alguien adulto (de confianza) y de paso aprovechar el poco tiempo del día que podían vivir como niños y jugar en un patio con una mini pista de fútbol dentro del centro (si queréis visualizarlo hay que imaginar pasillos estrechísimos, aulas pequeñas, espacio rentabilizado al máximo y todo muy apretado). Allí se habían creado un grupo scout para chicas, varios equipos de fútbol y alguno de música. Por ultimo fuimos al centro de crisis, para situaciones urgentes de asistencia y seguridad, fundamentalmente para niños pequeños. Una especie de guardería de urgencia, o de recogida de niños abandonados o perdidos hasta encontrar solución al asunto (padres retenidos por la policía, violaciones, falta de alimentos…), allí se daban cita todos los problemas incatalogados (o incatalogables) en otros proyectos.
Después de las visitas quise hablar con Encarnita y le explique un poco la situación que tenia en Korogocho, mis expectativas y mis ganas de trabajar, ella me dijo que otra cosa no, pero que trabajo a ella no le faltaba para darme. Acordamos que esos días hasta que mi situación se definiera estaría con ella en sus proyectos (yupi!) y comenzaría el trabajo en el catalogo de la hermana Carmina. Al despedirnos me dijo que no me preocupara por nada, que si hubiera algún motivo por el cual no estuviera bien en Korogocho (se refería también a las condiciones de vida) me iba a la casa de Kariobangui y santas pascuas.
Por la tarde me fui con el padre John a dar sus clases de catequesis a los niños, donde ya empecé a hacerme mis primeros coleguillas y por la noche lo acompañé a realizar con toda la trouppe de monaguillos una misa a casa de un enfermo. No os podéis imaginar la emoción de las familias y el honor que les suponía la visita. Los niños inundaban de alegría esa casa acostumbrada a la pena. Después hablamos con la gente y tomamos el te.
El padre John es una de esas personas de las que no se olvidan, por su sencillez, calidez, su risa constante y sus camisas africanas de colores, yo procuraba acercarme a él. Conocer gente así es siempre una suerte, para mi era una buena persona, cobrando este adjetivo todo su sentido. Esa noche llegué cansado a mi cuarto, todo limpio y en orden, salvo el techo y sus varias telarañas (y sus habitantes) estratégicamente situadas como grandes aliados contra mi archienemigo el mosquito africano. Dormí tranquilo y a gusto, estaba feliz de estar allí.