miércoles, 29 de noviembre de 2006

21.MEMORY BOOK

Para ella no era ningún problema, se pensó que iría con los padres por una cuestión de género, ella hablaría con Danielle y acordarían de que modo se haría, pero como estaba claro que conectaba mejor con su forma de trabajar no perderíamos más tiempo y nos fuimos a realizar el trabajo que me ofrecía. El proyecto se llamaba "Memory Book", era reciente y lo había importado de una idea que nació en una misión de Uganda y que ya estaba dando resultados. Como dije el otro día, aquí uno de los grandes problemas es el desarraigo de los niños que, una vez huérfanos, no saben de donde vienen, ni quienes son, y ante tal falta de referencias se convierten en carne de cañón para un entorno ya duro de por si. Este proyecto ofrecía a los padres enfermos de sida la posibilidad de hacer un libro con fotos, en el cual escribirían quienes eran, de donde venían, sus aficiones, así como los últimos años de enfermedad y le relatarían a sus hijos como nacieron, su crecimiento, advertencias y sus esperanzas para su futuro. En muchos casos ellos no podían escribir y lo hacia el asistente social, eran ayudados asimismo a expresar sus emociones. Este proyecto no estaba aislado y formaba parte de la asistencia global que se daba a los enfermos, en este caso ayudándoles a comunicarse con sus hijos y a planificar su futuro para cuando ellos no estuvieran. Esa mañana la empleamos en visitar las casas, para hacer algunas fotos para el libro. El acompañamiento que se le daba a esta gente que se preparaba para la muerte no tenia precio y por eso, era gratuito. Como Encarnita sabia que Danielle tenia reparos quiso hacer ella las fotos, al final con todas las precauciones las hice yo, Encarnita era una persona que estaba poniendo siempre toda la carne en el asador, y yo no me iba a quedar atrás, quería que las fotos de esa gente salieran lo mejor posible y resaltaran la dignidad de unas madres que luchan por sus hijos hasta el final. Visitamos tres casas de tres madres maravillosas, esa gente se sentía acompañada y agradecida. Encarnita quería que yo me encargara de los libros (pues sabía que tenia algunos conocimientos de informática), y que les diera la forma final. Le dije que si al final era yo el que recibiera ese encargo seria la cosa mas bonita que hubiera hecho en toda mi vida.

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