miércoles, 29 de noviembre de 2006

22.LA HACEDORA DE DOCUMENTALES Y BABA KEVIN

Esa tarde vino Philip como acordamos y me llevo a ver ese documental del que me hablaba. Estaba en otro barrio cerca de Korogocho, como dato curioso tuve que rechazar la bebida que me ofrecía, y ya me daba mala espina tanto halago y tanta camaradería. Me llevo a un hogar para huérfanos, allí estaba la chica italiana de la que me hablo, ella por su cuenta se dedicaba a hacer documentales como free lance para la televisión italiana, los compraban a buen precio y con ese dinero le daba para hacer otro nuevo, era una actividad de cierto riesgo, sobre todo estando sola como estaba, pero se protegía bien. Me pareció un interesantísimo futuro profesional, y hablamos del asunto. Era así un poco hippy y mientras hablaba mirando al horizonte con el cigarro en la mano como diciendo "que interesante que soy" vi truncado mi deseo de enamorarme de otra blanca en un entorno africano como en las románticas películas sobre África. A mi me atraían mucho mas las lugareñas y su humildad y sonrisa transparente que esta muchacha, su pose tan descarada, y sus aires de grandeza. Ahora bien, hay que reconocer que tenía los ovarios bien puestos. Se alojaba en el orfanato que regentaba Baba Kevin, un huérfano que quiso realizar el sueño de su madre y construyo un edificio mitad escuela y mitad residencia (o al menos eso decía). Philip no me hablo de nada de eso, y el trato que recibí allí por parte de las maestras y el coordinador (Baba Kevin) despertó en mí las mas profundas sospechas de que algo no andaba bien, demasiada pleitesía y encanto. Me ofrecían todo lo que quisiera (alojamiento, espacio para desarrollar mis proyectos…). Además el enorme despacho y el enorme sillón donde me recibió Baba Kevin con el retrato de su madre y la pancarta de su hermano (líder de un partido político y que ocupaba un escaño en el parlamento, pero que estaba en Italia) mas que de un orfanato parecía de la mafia rusa. El orfanato estaba hermanado con una ONG en Italia (Mondoazzurro) y se podía decir que el sitio estaba limpio y organizado. Los deje intentando realizar un videoclip con los niños con las constantes idas y venidas de la luz. Quede en volver a verlos para ver el documental terminado (la italiana se había traído un muy buen equipo que yo ya había fichado en España). Agradecí a Philip la visita que me había supuesto una revelación con respecto a un futuro profesional, luego le pregunte que como era posible que teniendo un escaño en el parlamento de Kenya se viva en Italia, me dijo que en cuanto se alcanza el poder se cambia fácilmente, pero no sabia demasiado sobre esa historia. Cuando le dije que como era posible que un artista sobreviviera en los barrios periféricos de Kenya, me dijo escuetamente que paralelamente tenía sus negocios. Como mi situación era un poco inestable quede en llamarle en un futuro lejano para ver lo del documental. Al llegar a casa y tras la habitual cena de risas y buen rollito me sorprendió que el padre Danielle quisiera hablar conmigo con todo el mundo delante, yo le conté bastante torpemente como me había enamorado de los proyectos de las hermanas y de su modo de trabajar y que había preguntado a Encarnita si le parecía bien que trabajara con ellas y ahora le preguntaba a él. La verdad es que se lo tomó mal y lo achacó a la cultura europea egoísta (no aceptar lo que se te ofrece) y de tener que estar siempre haciendo cosas (lo cual tenia parte de razón), para mi fue un poco difícil porque no era mi intención molestar a nadie allí después de la acogida, pero en mi cabeza todo era mucho mas sencillo y obedecía a hacer lo que consideraba mas correcto. Por la noche me fui a dormir con un libro sobre África en español muy interesante que me dejo el padre John. Después de un rato vino Crysantus (el jesuita recién llegado de su retiro) y me dijo que lamentaba lo de las fotos (el padre Danielle hizo mención varias veces a lo de no hacer fotos, aunque no sabia de mis travesuras), que si quería él podría acompañarme en secreto, le di las gracias pero le dije que no tenia intención alguna de hacer fotos de turismo, me daba muy mala espina y aun hoy pienso que lo mandó el Padre Danielle para ponerme a prueba. Así funcionan las cosas en estos lugares, todo tiene dos caras, y la gente es astuta, puede que me equivoque en mis apreciaciones pero por si las moscas yo me fío sólo de mi mismo. Bueno, también un poquillo de Encarnita y del padre John.

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